Recorrerse andando Los Ángeles de punta a punta, intentar entrar en un avión de Ryanair sin facturar una maleta más grande de lo permitido en el equipaje de mano, o, como cantaba Juan Luis Guerra, recorrerse el Niágara en bicicleta, pueden ser algunas de las carreras de obstáculos más complicadas a las que alguien se pueda enfrentar en este mundo. Luego de estas tres, viene la de ser emprendedora en España, otra de las carreras más difíciles sobre la faz de la tierra.
Aunque está claro que aquí y en todo el mundo el número de mujeres que deciden emprender su propio camino laboral es cada vez mayor, lo cierto es que las dificultades para llevar a cabo dicha carrera no son pocas. En España, por ejemplo, a los obstáculos de base que se les presentan a los autónomos en comparación con otros estados de la Unión Europea, se le suma el hecho de ser mujer y contar con los factores propios de esta condición: sexismo, compatibilización de vida laboral y familiar, etc.
Por todo ello, aunque también es cierto que cada vez las facilidades son más, una mujer que quiera emprender debe tener muy claro desde el principio de su aventura cuáles son sus puntos fuertes y cuáles debe mejorar, cuáles son sus objetivos y cuáles no, qué es lo que quiere y qué es lo que no.
Para poner nuestro granito de arena en el proceso empresarial de toda mujer que desee iniciar uno, nos hemos propuesto crear una lista de cuatro consejos que puedan ser útiles para toda mujer que se quiera lanzar a la aventura del entrepreneurship. Aquí van:
Infórmate muy profundamente antes de dar el primer paso
Uno de los errores más comunes entre los emprendedores novicios, sobre todo entre los más jóvenes, es lanzarse a la piscina sin saber siquiera si hay agua en ella. Por ello, quizás el paso más importante de toda empresa es saber primero si el mercado que buscamos existe.
Para descifrarlo, necesitamos informarnos muy bien y muy profundamente sobre el sector en el que tenemos pensado instalarnos, el público que buscamos, nuestra futura competencia y el servicio exacto que vamos a ofrecer. Sin toda esta información, nuestro primer paso ya será en falso. Y eso no es bueno, en absoluto.
Exprime las nuevas tecnologías
En los tiempos que corren, es totalmente básico saber manejar a nuestro antojo todas las nuevas tecnologías que tenemos a mano, y saber encontrar y aprovechar al máximo las que más nos convengan.
Además de las redes sociales y los softwares más conocidos y obvios, hay muchos otros elementos que pueden hacerle la vida mucho más fácil a cualquier emprendedora. Desde softwares de creación de webinars online para llegar a nuestro público objetivo esté donde este y reduciendo costes en gran medida, plataformas de gestión de gastos, hasta mapas de geolocalización orientados al marketing, lo que queda en nuestra mano es escoger el que mejor nos convenga para nuestro proyecto.
Trabajar con cabeza, la mejor forma de trabajar
La historia del emprendedor que dormía enfrente del ordenador y se pasaba 20 horas del día trabajando y en las otras cuatro no despejaba la mente de su proyecto, probablemente no sea cierta. Es más, seguro que no es cierta.
Si quieres que tu proyecto llegue a buen puerto, vas a tener que ponerle mucho tiempo. Y si vas a ponerle tiempo, vas a tener que disponer de mucha paciencia, así como darte cuenta de que los buenos descansos son tan importantes como las buenas horas de trabajo. No te quemes, todo llegará.
¿Es la ambición una enemiga? No, más bien es una aliada
Dicen que la avaricia rompe el saco, pero nunca nadie dijo nada tan malo sobre la ambición. Aunque a veces le añadamos connotaciones negativas, lo cierto es que la ambición no tiene nada de malo. Es, tan solo, la aspiración a que nuestro proyecto llegue tan lejos como a nosotros nos gustaría, y eso es algo totalmente positivo.
Por todo ello, así como no sirve de nada trabajar de forma desmedida y descontrolada, también es cierto que es una mala idea conformarse con poco. Si una mujer, en la España actual, tiene el valor como para lanzarse a la aventura ella sola, sin nadie más que le pueda servir de colchón por si se cae, ¿cómo va a poder conformarse con poco?