Cada vez es más importante el mantener protegidos nuestros datos, sobre todo los que están relacionados con nuestra privacidad. Por ello debemos buscar soluciones que sirvan para conseguir lo que apuntamos. En esta línea, como primera medida, se encuentra la instalación de un VPN en nuestro ordenador.
Si nos damos una vuelta por la red de redes, nos encontraremos con unos cuantos servicios, en forma de aplicaciones o de extensiones de navegadores web, destinados a tal fin. Al decidirnos por uno determinado activaremos una navegación de incógnito, con lo que nadie podrá conocer nuestros datos personales.
En Internet nos encontramos con unos cuantos artículos enfocados al tema. Así, si queremos encontrar información al respecto, podemos leer Cómo conectarte, crear y configurar tu propia red VPN, en donde nos hablan de todo lo que necesitamos hacer para utilizar una red WiFi gratuita. Y no solo eso, también nos hablan de lo que necesitamos a la hora de utilizar un dispositivo móvil o un ordenador.
¿Cómo proteger nuestra información privada en Internet?
Ya hemos dicho que no se trata de una tarea fácil. Hay que intentar poner en marcha una serie de medidas, con la instalación de un VPN, tal como hemos apuntado, a la cabeza. Si no queremos que nuestra información se filtre, no debemos correr riesgos innecesarios.
A continuación exponemos 8 maneras diferentes de proteger nuestra privacidad en línea, tal como apuntamos en el título del artículo.
1. La mejor solución: instalar un VPN
Además de disponer de una conexión segura a Internet debemos reforzarla con la instalación de un VPN. Se trata de una Red Privada Virtual, Virtual Private Network en inglés, que sirve para ampliar nuestra red local y convertirla en una red segura para navegar con libertad.
2. Controlar los mensajes de correo electrónico
El correo electrónico entraña riesgos. Aunque su fin primordial es enviar y recibir información, en muchas ocasiones llegan mensajes a nuestro buzón en los que prima el engaño. El phishing está a la orden del día. Enlaces falsos, insertados en algunos mensajes, pueden llevarnos a espacios que no son lo que indican. Si caemos en la trampa, veremos que nuestros datos servirán para que otros accedan a nuestras cuentas y hagan lo que no deseamos.
3. Cuidado con algunas descargas
Acabamos de acceder a una página de dudosa reputación y, totalmente confiados, pulsamos sobre un enlace que descarga un archivo en nuestro ordenador e instala la aplicación que aloja. Las consecuencias son altamente peligrosas. El equipo se infectará y, en algunos casos, enviará datos personales a lugares de nula reputación.
4. Nunca mostrar datos personales
No lo vas a necesitar en la mayoría de las ocasiones. Los datos personales nunca se deben propagar sin tiento ni control. Aunque digan que son tus amigos, te pueden estar engañando. Las redes sociales son espacios en los que se corren grandes riesgos si no se tiene cuidado en esta protección. Solo hay que poner en el perfil datos que no nos comprometan.
5. Comprueba lo que aceptas al instalar aplicaciones
Instalas una aplicación y no te fijas en lo que aceptas. Siempre hay que hacer la instalación paso a paso, nunca recurriendo al método automático, ya que, sin saberlo, estaremos aceptando una serie de propuestas que solo persiguen un fin: recabar información que compromete nuestra privacidad.
6. Mantén todo al día
Cada día se descubren agujeros de seguridad en sistemas operativos y aplicaciones, tanto para ordenadores como para dispositivos móviles. De ahí que con relativa frecuencia se produzcan actualizaciones. Hay que estar al tanto con el fin de llevarlas a cabo en el momento oportuno.
7. Actualizar las contraseñas con frecuencia
La forma más usual de acceder a una cuenta es indicando un nombre de usuario o una cuenta de correo electrónico y una contraseña. Con el fin de evitar los posibles hackeos es recomendable cambiar la contraseña o contraseñas con frecuencia. Ello evitará que nuestras cuentas puedan ser utilizadas por otras personas.
8. Nunca dejar sesiones abiertas en un ordenador
Aunque seamos los únicos que utilizamos un ordenador, después de navegar por una red social, de utilizar una cuenta de correo, o cualquier otro servicio, debemos cerrar la sesión iniciada con el fin de que otra persona o personas puedan acceder a nuestra cuenta.
Conclusión
Hemos reflejado en los ocho apartados anteriores nuestras recomendaciones a la hora de activar los medios para proteger nuestra privacidad y evitar disgustos. Si te das una vuelta por Internet, encontrarás algunas recomendaciones más. Viaja y descubre.