Tiene toda la razón, si no le gusta la ropa que le compró su mamá, de alguna forma tiene que hacerlo saber. El bebé de la foto muestra ya su personalidad, es capaz de discernir lo que le satisface y lo que no. En función de ello y de su fuerte carácter trata de imponer su criterio. Quién lo iba a decir, un pequeñajo, que tiene poco más de un año, ya es capaz de escoger su indumentaria.
¿Os lo imagináis? Si sabe lo que ha de seleccionar, lo que se va a poner encima, la camisa, el jersey, el pantalón y lo que se tercie, ¿qué hará cuando se le ofrezca la comida sobre la mesa? «Ese filete está muy pasado, prepárame otro y déjame que te indique. Lo quiere casi crudo, sangrante, y con poca sal».
Pasarán los años y el niño crecerá. ¿Seguirá con sus exigencias? Ya no pondrá cara de enfado, dirá que no, y basta. Todo un carácter. Como para tenerlo en casa… Estoy seguro de que la vida le irá enseñando, bajándole los humos, a pesar de querer siempre imponer sus criterios. ¿O se convertirá en un manso corderillo? El tiempo sentará sentencia.
He obtenido la imagen de Daily Picks and Flicks
¡Muy buenas consideraciones sobre la ropa de bebé! Sin duda, este tipo de artículos deben contar con unas características básicas para propiciar tanto el abrigo como el confort de los más peques. Las prendas para recién nacidos han de ser tan cómodas como beneficiosas para su piel, evitando irritaciones e incomodidades. Para ello, lo mejor es elegir una tienda de calidad.