Iniciaron sus conversaciones en la medianoche. Se descubrieron entre las líneas que fluían en la ventana de mIRC. En principio fue un encuentro casual, como todos los primeros encuentros. Algo, escondido entre las palabras de una frase, provocó la atracción. Y cambiaron de herramienta. Pasaron a una relación más íntima. Migraron a MSN Messenger. Es más entrañable. Aún no se conocen personalmente pero la ortografía y la semántica los ha embaucado.
Ella está casada y tiene dos hijos. Su vida está cambiando. Le ha dicho a su marido que ya no le quiere. Él sospecha que la culpa es de la máquina. Ya no duermen juntos, lo hacen en habitaciones distintas. Ella está conectada hasta altas horas de la madrugada. Sus hijos, de cuatro y cerca de dos años, empiezan a estar desatendidos. Ella está perdiendo la sensatez.
Es una ilusión. Una quimera que se puede desvanecer cuando, si es que se da la circunstancia, lo vea en persona. ¿Cómo es él? Ni ella lo sabe. No conoce su aspecto. No sabe si huele bien o mal. Si tiene o no halitosis. Si habla como escribe. No le ha podido mirar a los ojos y, por tanto, no conoce su alma. No sabe si es sincero o si sus palabras se las lleva el viento.
Son las nuevas tecnologías, los nuevos hábitos. Cambian los sistemas de vida, los modelos y los comportamientos. Nos plantean y nos resuelven dudas. Nos ayudan a llenar momentos vacíos. Nos enseñan nuevos métodos de vida, de trato con los demás. Pero también pueden resquebrajar nuestra estabilidad, derribar los pilares que nos sostienen. Si no somos capaces de distinguir la línea que separa lo virtual de lo real, podemos dejarnos engañar por sugestivas promesas, por mundos idealizados, que solo existen en el monitor de nuestro equipo informático. No podemos tirar por la borda todo lo que hemos conseguido en años de dedicación y esfuerzo, para aventurarnos, en viajes hacia lo desconocido, hacia lo utópico e irreal.
El comentario de Lua
¿Qué es en realidad el amor? El amor es algo que no se puede explicar, es un sentimiento que abarca muchísimas cosas…y puedes amar de distintas maneras y cada vez que te enamoras es distinto…no por todas las personas de las que te enamoras sientes lo mismo… ¿Enamorarte por Internet? No sabes si esa persona siente lo mismo que tú, idealizas a esa persona a tu manera, como tu la crees… y al conocerla se pierde la magia que había; a veces cuando para ti era un juego, la conoces y vas tomando cariño a esa persona y sin querer te vas encariñando, te llegas a enamorar y se hace difícil darse cuenta de la realidad, porque para ti era un juego y caíste en tus propias redes.
Cuando entras en un Chat has encontrado una nueva dimensión de la amistad, de un mundo donde los sentimientos fluyen de una manera extraordinaria, donde la posibilidad de expresarse sinceramente existe, donde los perjuicios mueren…donde el amor es posible a pesar de sus limitaciones… Por este medio te tienes que arriesgar, porque el mayor peligro en esta vida es no arriesgar nada, el que nada arriesga nada tiene.
Idealizamos tanto a esa persona que no entiendes porque a media noche te despiertas con un dolor recordando a esa persona, sabiendo lo que pudo ser y lo que nunca llegará a ser…Y al día siguiente ya estás conectada para contarle mil cosas que pasan por tu mente y te preguntas cómo y con quién estará ahora. ¿Con quién hablara? ¿Le dirá lo mismo que a mi?, ¿habrá alguien más en este medio?… en fin… tantas cosas… pero solo son celos…si celos del amor cibernético.
Tenemos que conformarnos con una bonita amistad que perdurará por los años… Llegas a situarte y a distinguir la realidad de lo cibernético, y sabes que todo lo que sentiste fue producto de tu mente. A partir de ahí ya tienes coraza para que nada que pueda suceder en tu PC te haga daño y sigues navegando, haciendo amig@s con los que hablas de ti, sin que nadie te juzgue…
Comentario de Julius
Creo que nos equivocamos todos.
Hoy en dia, parece ser que el ser humano ha cogido miedo a la relación entre personas, de una forma directa, en persona. De forma viva.
Todos tenemos miedo a que se repita ese mal que quizá nos impulsó a usar el monitor del PC como escudo ante los demás. Como una ‘excálibur’ electrónica, la cual emerge de entre las aguas de la soledad de uno mismo, para poder comunicarse sin ser visto… ni oído.
Estamos en un craso error, amigos míos. No hay nada mejor que la valentía de enfrentarse cara a cara con la vida y todo lo que ella conlleva.
Las alegrías son el doble y las tristezas la mitad, si son compartidas con un ser humano y no con un ‘sistema operativo’…..
De lo contrario, lo único que compartiremos es la triste y única soledad en la que nos hemos sumido con solo darle al botón del PC.
Y quién esto dice, está casado…. con una mujer que conocíó en un chat y luego en el MSN.
Palabra.
Comentario de Carlos Alberto Carcagno
Hola amigos:
Estoy de acuerdo con Julius. La relación virtual casi no tiene compromiso y no es posible distinguir lo verdadero de lo falso.
Cara a cara hay que «crear lazos», hay «que domesticarse» («El Principito»). Hay que soportar las espinas de la hermosa rosa y su deliciosa vanidad («Pero es mi rosa»). Para domesticarse hay que perder los miedos.
Desgraciadamente, el miedo es el sentimiento dominante en el mundo. Así levantamos barreras unos contra otros. Quien teme, no puede amar plenamente. Si no se ama con plenitud, no puede evitarse la injusticia.
Hay una canción folklórica argentina que dice: «Por eso en mi canto digo: no es tanta pena llorar; que nos duele más que el llanto, no tener por quien penar». Vale la pena arriesgar y llorar por alguien que llorar por frustración y soledad.
Internet es buena para comunicarse en forma rápida y barata con todo el mundo, pero nada reemplaza a un apretón de manos, un abrazo sincero y emotivo, una mirada de aprobación o de aliento y tantas otras cosas que no debemos perder.
Por lo menos, así lo creo yo.
Conclusión
He extraído lo anterior de los Foros de Batiburrillo. Se trata de un tema que inicié, escribiendo lo que veis al principio, antes del comentario de Lua, en el mes de octubre del año 2004.
Aunque han cambiado ligeramente los sistemas empleados en las relaciones virtuales, miRC y MSN Messenger ya están muertos, éstas, las relaciones, siguen vivas. Ahora las comunicaciones entre personas se centran en las redes sociales y en los sistemas de mensajería implantados en los dispositivos móviles. Por ello podemos afirmar que el tema sigue vigente, con ligeros y superficiales cambios.