La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) acaba de publicar un informe en el que se recomienda el consumo de insectos con el fin de luchar contra el hambre en el mundo, algo que puede llegar a su punto álgido dentro de 15 años cuando la población superes los más de nueve mil millones de personas. Fundamentan sus recomendaciones en que son muchos los insectos que poseen un alto valor nutritivo, con elevado contenido en proteínas y otros principios inmediatos, grasas e hidratos de carbono, así como vitaminas, fibras y minerales.
Ante la imposibilidad de expandir la agricultura
En dicho informe se habla de la imposibilidad de ampliar el espacio dedicado a la agricultura, creando nuevas plantaciones, lo que impedirá también el incremento en el número de animales dedicados a la producción de carne. En la Tierra, cada vez más urbanizada, se ha ido robando espacio al terreno cultivable.
Los insostenibles oceános
Tampoco se pueden seguir explotando los mares con el nivel que se utiliza hoy, ya que ello impediría la recuperación de la fauna acuática. En la misma línea incide el cambio climático, que trae consigo una pérdida de agua. Ello traería consigo un decrecimiento en la producción de alimentos.
Los insectos como alimento
Son varios los pueblos que utilizan los insectos como productos de alimentación desde tiempos inmemorables. En Asia y África son muchas las especies que se incluyen en la dieta alimenticia, desde escarabajos a orugas, pasando por abejas, hormigas, saltamontes o grillos, entre otras muchas. Aparte de su valor nutritivo hay que tener en cuenta su bajo coste. Tampoco podemos desdeñar su casi nula influencia en el efecto invernadero, entre otras características.
Fuente | Edible insects. Future prospects for food and feed security