La manzana es una fruta rica en flavonoides, que también se encuentran formando parte de las moras. Por ello, el consumo de una manzana diaria, es bueno para para prevenir los estados de fragilidad en las personas mayores.
Según los resultados de un estudio, mostrados en American Journal of Clinical Nutrition, los flavonoles, y sobre todo la quercetina, son fundamentales para conseguir una mejor salud en personas de más de sesenta años.
El comer alimentos vegetales que contienen los citados compuestos dietéticos, los flavonoles, pueden reducir las posibilidades de desarrollar fragilidad. Las manzanas, y también las moras, tal como hemos indicado, son alimentos que contienen estos productos.
Sobre la fragilidad en personas mayores
Entre el 10% y el 15% de las personas mayores experimentan fragilidad, un síndrome geriátrico que conduce a un mayor riesgo de caídas, fracturas, discapacidad y similares. Actualmente se recomienda la ingesta de proteínas para la prevención de este mal.
Los autores del estudio dijeron lo siguiente: «Puede haber algo de validez en el viejo dicho, una manzana al día mantiene alejado al médico (o la fragilidad). Nuestros hallazgos sugieren que por cada 10 mg más de ingesta de flavonoles por día, las probabilidades de fragilidad se redujeron en un 20 %. Las personas pueden consumir fácilmente 10 mg de flavonoles por día, ya que una manzana mediana tiene alrededor del contenido indicado en flavonoles«.
A tener en cuenta
No se realizó una asociación significativa entre la ingesta total de flavonoides y la fragilidad. Lo que sí se dedujo es que una mayor ingesta de flavonoles (una de las subclases de flavonoides) se asoció con menores probabilidades de desarrollar fragilidad.
La quercetina fue el flavonoide que tuvo la asociación más fuerte con la prevención de la fragilidad. Existe la posibilidad de que puede haber subclases particulares de flavonoides que tienen el mayor potencial como estrategia dietética para la prevención de la fragilidad.
Se hizo un seguimiento durante 12 años de la incidencia de la ingerencia de quercetina en adultos mayores. Aunque se trata del primer estudio realizado en este terreno, los resultados conseguidos sirven de gran ayuda para conseguir una mejor salud.
Conclusión
Aunque no se observó una asociación directa entre la ingesta total de flavonoides y la aparición de fragilidad en adultos, un mayor consumo de flavonoles sí que se asoció con menores probabilidades de aparición de fragilidad, incidiendo en una asociación particularmente fuerte para la quercetina.
Este estudio generador de hipótesis destaca la importancia de evaluar subclases específicas de flavonoides, y el potencial de los flavonoles dietéticos y la quercetina como estrategia para prevenir el desarrollo de la fragilidad.
