Hace ya algunos años que lo recibí en mi buzón de correo electrónico y lo publiqué, en aquel momento, en una página de Batiburrillo.net. Ahora lo acabo de volver a recibir en forma de PowerPoint. Aprovecho el momento para recuperarlo del baúl de los recuerdos y traerlo de nuevo a portada. Si ya lo conoces, te recomiendo que lo releas. Si no lo conoces, no te lo pierdas…
Decálogo
- Dadle desde la infancia cuanto desee. Así crecerá convencido de que el mundo entero le debe todo.
- Reíd si dice tonteras. Así creerá que es muy gracioso.
- No le deis formación espiritual. Ya la cogerá cuando sea mayor.
- Nunca le digáis: «Esto está mal». Podrá adquirir complejos de culpabilidad y, más tarde, cuando por ejemplo sea detenido por algún robo, estará convencido de que la sociedad es la que le persigue.
- Recoged todo lo que él tire por el suelo. Así creerá que los demás están a su servicio.
- Dejadle leer todo. Limpiad con detergente la vajilla en la que come, pero dejad que su espíritu se recree en cualquier torpeza.
- Discutid siempre delante de él. Así se irá acostumbrando y, cuando la familia esté ya destrozada, no se dará cuenta.
- Dadle todo el dinero que pida, no sea que sospeche que para disponer del mismo se debe trabajar.
- Que todos sus deseos estén satisfechos: comer, beber, divertirse. De este modo no resultará un frustrado.
- Dadle siempre la razón. Los profesores, la gente, la ley… la tienen tomada con el muchacho.
Y cuando vuestro hijo sea ya un delincuente, proclamaréis que nunca pudisteis con él.