Si queremos sacarles rendimiento a nuestros ahorros en un momento en el que los depósitos bancarios apenan generan intereses, no nos queda prácticamente más remedio que buscar rentabilidad en los mercados de valores. Algunas personas sienten aversión al riesgo y no quieren desvelarse por la noche pensando en los vaivenes de la bolsa. Es algo comprensible, y hasta cierto punto, razonable. Pero, ¿sabías que hay mecanismos para que puedas dormir mejor por las noches?
Quedarse paralizados por el miedo no parece la mejor alternativa para nuestros ahorros. Si nos paramos a repasar el rendimiento histórico de acciones tecnológicas como Google, Apple, Facebook y Amazon (las llamadas empresas GAFA), nos quedaremos boquiabiertos. Son empresas que han superado las expectativas incluso de los inversores más optimistas con facturaciones astronómicas. Quien invirtió en ellas en su momento está más que satisfecho hoy.
Los CFD al rescate de la tranquilidad del inversor
Ahora bien, incluso en el prolongado mercado alcista de las empresas GAFA, ha habido desplomes puntuales que han asustado a muchos inversores. Desafortunadamente, los inversores asustados suelen vender justo en el peor momento: ven que la cotización de sus acciones comienza a caer, entran en pánico por las pérdidas y cierran sus posiciones abiertas.
La buena noticia es que existen instrumentos financieros muy útiles comouna cuenta CFD para realizar coberturas. Hacer una cobertura consiste en proteger una posición que tengamos abierta con otra. Imaginemos que queremos invertir en Google: compramos acciones al estilo tradicional, nos damos cuenta de que solo estamos dispuestos a tolerar un cierto grado de volatilidad y, entonces, utilizamos un CFD de venta para proteger nuestra posición inicial. Los CFD son productos apalancados, es decir, no requieren que hagamos el desembolso de capital total que necesitaríamos para abrir una posición tradicional. De esta manera conseguimos minimizar los riesgos de pérdidas, eso sí, renunciando también a parte de los beneficios.
Se trata de una alternativa interesante para las personas que quieren invertir en un activo pero que desean minimizar el riesgo de exposición soportado. Los CFD tienen como gran ventaja que suelen presentar comisiones muy contenidas y que son productos apalancados. Si recurrimos a este instrumento financiero, podremos ganar tanto si nuestras acciones suben como si bajan.
…pero siempre que se utilicen con cabeza
Al igual que sucede con cualquier otro producto financiero de cierta complejidad, operar con CFD debe hacerse con sensatez y cuidado. No son como las acciones, con las que podemos adoptar un enfoque de comprar y mantener. Las operaciones con CFD deben supervisarse meticulosamente, especialmente si no queremos que nuestro bróker nos la cierre justo cuando más la necesitemos tener abierta. Cuando operamos con CFD, nuestro bróker nos exige depositar solo un porcentaje del dinero que sería necesario para abrir una posición tradicional (la garantía). Evidentemente, esto no exime al inversor de asegurarse de que dicha garantía esté siempre depositada en su cuenta. Si no lo hacemos, el bróker cerrará la operación de cobertura.
Si somos cuidadosos a la hora de operar con estos derivados financieros, podremos dormir más tranquilos por la noche. Invertir con cobertura es mucho más relajado que hacerlo sin ninguna. Solo tendrás que cerciorarte de utilizarla correctamente.