Los avances tecnológicos no tienen fin. Uno de los últimos en la lista es el que se refiere a la implantación de un microchip bajo la piel de una mano con el fin de realizar pagos como si de una tarjeta de crédito se tratase. Y los hay con otras funciones, como el que se ha colocado entre el dedo pulgar e índice de su mano derecha un ingeniero de software británico, llamado Dave Williams. En su caso, la función del chip es abrir la puerta de su casa. Dice que lo ha hecho porque habitualmente se olvida de llevar la llave de la cerradura en el bolsillo y no puede entrar. Lo achaca a que es muy despistado y olvidadizo.
Pero, según nos cuentan en BBC News, este no es el único caso de colocación de un microchip bajo la piel. También se están llevando a cabo en otros lugares del planeta y con fines diferentes, como pueden ser el llevar billetes de tren o actuar como sistema de pago, tal como hemos dicho más arriba.
Los microchips RFID son unos dispositivos que, tras implantarse bajo la piel de la mano, permiten acceder a toda la información que poseen y, lo mejor, pagar en un comercio sin necesidad de llevar dinero en efectivo ni. tampoco, tarjeta de crédito. En Suecia ya hay más de tres mil personas que se han colocado el citado artilugio, pero no es el único país en el que se está dando vida a este invento, también se está haciendo en Australia, Nueva Zelanda y Alemania.
El doctor en microbiología Ben Libberton, que trabaja en el laboratorio MAX IV de Lund, en el sur de Suecia, ha dicho al respecto lo siguiente: «Cada vez más personas en Suecia se implantan chips RFID en la mano y los usan para desbloquear puertas, ‘llevar’ boletos de tren e incluso hacer pagos«. Como podemos deducir el sistema tiene futuro. Los chips RFID ampliarán su radio de acción y, no solo formarán parte de los teléfonos móviles, de las tarjetas de crédito o de los pasaportes electrónicos, sino que también formarán parte de nuestro cuerpo.
Está claro que no todo son ventajas. Así, expertos en la materia, dicen que uno de los inconvenientes que pueden presentar estos microchips es su falta de seguridad y la ausencia de privacidad en los datos que almacenan y gestionan. Cuantos más sean los servicios integrados mayores serán los riesgos. A pesar de ello, siempre que se solventen estos posibles problemas, nadie puede negar las ventajas que el invento supone.