Honorato no tiene reloj de pulsera ni de bolsillo. Tiene, en su casa, un reloj de pared que, debido a que se olvidaba de darle cuerda, se paraba con frecuencia. Cuando ocurría esto, Honorato iba a casa de su amigo Alberto. Pasaba la tarde con él y ponía, al volver de vuelta a su casa, el reloj en hora.
Si no sabía el tiempo que invertía en el camino, ¿cómo es posible que no se equivocase en ajustar la hora del reloj?
Solución
Si te rindes, si no eres capaz de dar respuesta a la pregunta anterior, te invito a que leas un poco más abajo la respuesta. Aquí la tienes:
Al salir de casa, Honorato dio cuerda al reloj y escribió la hora que marcaba en un papel. Cuando llegó a casa de Alberto apuntó la hora que era en ese momento. Volvió a apuntar la hora al salir de la casa de su amigo. Llegó a su casa, miró el reloj de pared y así averiguó el tiempo que estuvo fuera. Restó, del tiempo calculado, el que estuvo en casa de Alberto. Así supo el período invertido en ir y volver. Dividió este entre dos y el resultado se lo sumó a la hora que era cuando salió de casa de su amigo. Este resultado fue el que colocó en su reloj de pared.