En un nuevo estudio se ha descubierto que la proteína Tau, además de estar vinculada a enfermedades neurodegenerativas, protege también al cerebro. Lo hace controlando los lípidos tóxicos en las células gliales.
La investigación se llevó a cabo por miembros del Baylor College of Medicine y del Jan and Dan Duncan Neurological Research Institute (Duncan NRI) del Texas Children’s Hospital, y los resultados han sido publicados en Nature NeuroScience.
Hasta ahora se consideraba que la proteína Tau actuaba con intensidad en la enfermedad de Alzheimer, pero se ha descubierto que también produce efectos beneficiosos para el cerebro. Ayuda a proteger las neuronas del daño causado por el exceso de especies reactivas de oxígeno (ROS), también conocidas como radicales libres, y favorece un envejecimiento saludable.
Sobre la investigación
La Doctora Lindsey Goodman, becaria postdoctoral en el laboratorio del Dr. Hugo Bellen, y directora de la investigación, ha dicho lo siguiente:
«Las ROS son subproductos naturales de diversas funciones celulares en el cuerpo. Si bien los niveles bajos de ROS son beneficiosos, el exceso de ROS es perjudicial para las células, ya que desencadena la producción de formas tóxicas de otras moléculas que inducen estrés oxidativo, incluidos los lípidos peroxidados«.
«Las neuronas son particularmente susceptibles al estrés oxidativo y se destruyen si los niveles de lípidos peroxidados no se controlan estrictamente«.
Los beneficios que producen las gotas de lípidos
Nuestros cerebros han ido elaborando elementos neuroprotectores con el fin de combatir el daño oxidativo inducido por ROS. Se ha descubierto que en el proceso las neuronas exportan estos lípidos peroxidados tóxicos a las células gliales vecinas. Estas células los secuestran en gotitas lipídicas para su almacenamiento y futura producción de energía.
La proteína Tau, como ya hemos hecho saber, es fundamental para la formación de gotitas lipídicas gliales y para la protección contra las ROS neuronales. La Doctora Lindsey Goodman ha dicho al respecto:
«Esto sugiere que las mutaciones en Tau pueden reducir la capacidad normal de la proteína para prevenir el estrés oxidativo, además de provocar que la proteína se acumule en las características típicas de la enfermedad, como se describe en trabajos anteriores. En conjunto, los hallazgos respaldan un nuevo papel neuroprotector de Tau contra la toxicidad asociada con ROS«.
Conclusión
Se ha llegado a la conclusión, tras finalizar el estudio, de que la proteína Tau, considerada como el chico malo en las enfermedades neurodegenerativas, también representa un papel de chico bueno en la glía, ayudando a secuestrar lípidos tóxicos, reduciendo el daño oxidativo y, por lo tanto, protegiendo nuestro cerebro.
Es evidente que cuando la proteína Tau no está presente, o cuando hay proteínas Tau dañadas o defectuosas, el efecto protector no existe. Ello trae consigo que se adquiera la enfermedad de Alzheimer.