A muchas personas les gusta compartir, en redes sociales y en otros medios de Internet, datos privados sin proteger la privacidad. Ello implica grandes riesgos, ya que cualquiera puede leer esos datos y obrar en consecuencia. Y aún hay más, aunque en ocasiones creamos que no estamos mostrando información relevante, lo hacemos sin darnos cuenta.
Al navegar por Internet estamos proporcionando información a una gran cantidad de servicios. Con solo analizar las cookies, estos servicios, saben cuales son nuestras costumbres o hábitos de navegación.
Otro de los grandes riesgos que corremos es con los datos personales que aportamos a determinados servicios cuando nos damos de alta en ellos. Estamos viendo cada día que grupos de ciberdelincuentes hackean las cuentas de estos servicios y roban información relevante, ya que con solo conocer la contraseña de acceso pueden examinar, en la mayoría de los casos, las cuentas de una gran cantidad de usuarios.
Cómo proteger la privacidad en las redes sociales
La mayoría tenemos una cuenta habilitada en las redes sociales más populares, con Facebook y Twitter a la cabeza. Cuando rellenamos los datos personales que se nos piden debemos tener cuidado a la hora de proporcionarlos. Nunca debemos mostrar lo que nos puede afectar de manera directa, como puede ser la dirección de nuestra casa o fotografías de niños. Nunca debemos proporcionar demasiada información.
Otra de las cuestiones que se deben tener en cuenta es la que se refiere a la aceptación de nuevas amistades. Nunca debemos hacerlo si no sabemos con exactitud quien es la persona que añadimos al grupo de amigos. Hay muchos usuarios que tienen perfiles falsos, y no son lo que dicen ser.
Algo con lo que hay que tener mucho cuidado es con las fotos que se suben a las redes sociales. Está claro que nunca se deben subir fotos y/o vídeos de menores. En Internet hay muchos desaprensivos que pueden aprovecharse, causando daños a los que están viendo.
Algunos consejos
Hoy, la mayoría de servicios que requieren una cuenta para acceder, disponen de un sistema que obliga al empleo de la verificación en dos pasos. Con él, cada vez que se intenta acceder al servicio, no basta con poner el nombre o cuenta de correo electrónico de usuario y la contraseña, sino que habrá que añadir un código, enviado habitualmente por medio de un SMS al teléfono móvil de la persona registrada. Con ello se evitará, aunque se filtren las contraseñas, el acceso a las cuentas por parte de personas ajenas.
Nunca se deben proporcionar las contraseñas de acceso a nuestras cuentas a familiares y amigos. Aunque ellos no se las transmitan a otras personas, pueden caer en alguna trampa, como las que ya hemos citado, y filtrar lo que no deben.
Con lo que hay que tener mucho cuidado es con el phishing. Ya lo hemos dicho una y mil veces: cuando recibimos un mensaje de correo electrónico indicándonos que debemos efectuar cambios en nuestra cuenta bancaria, no pulsemos en el enlace que nos lleva a una página falsa. Los bancos nunca hacen este tipo de solicitudes. Por eso no entiendo que haya personas que siguen cayendo en estas trampas.
Conclusión
Y aún hay más, cada vez el campo de acción se amplía más. Por ello debemos ser desconfiados, y no proporcionar los datos que determinadas personas queremos que no conozcan. Hagamos caso del refrán: desconfía y acertarás.
Recomiendo la lectura de algunos de los artículos que hemos publicado sobre el tema. Nuestra recomendación en estos momentos es la siguiente:
- Ciberseguridad: Cómo protegerte mientras navegas en Internet
- Haz cambios en tu cuenta de Facebook para proteger tu privacidad
- Eliminar datos en Android y proteger la privacidad con dr.fone Erase
