Cuando indicamos que el ordenador o PC puede estar infectado no queremos referirnos solo a que el equipo tiene algún que otro virus (y similar) impidiendo un funcionamiento normal, hay otros posibles males. Son varios los síntomas que nos pueden dar pistas sobre la existencia de infecciones. El que podemos colocar en el primer lugar es el que afecta directamente al funcionamiento. Lo que iba bien ya no va. El ordenador funciona con lentitud.
Al arrancar el ordenador
Cuando iniciamos o arrancamos el ordenador comprobamos que entran en acción algunas aplicaciones desconocidas. En ocasiones lo detectamos porque vemos mensajes extraños en la pantalla o, también, porque el gestor de procesos nos refleja algunos que no son, o eran, habituales.
En el correo electrónico
Recibimos quejas de algunos amigos y conocidos, los que tenemos en la lista de contactos de la cuenta o cuentas de correo electrónico. Nos dicen que están recibiendo mensajes, enviados por nosotros, que no tienen razón de ser. La mayoría no están bien escritos, e invitan a pulsar sobre enlaces que no saben a donde les llevan. Está claro que nosotros no enviamos esos correos electrónicos.
En el navegador web
Cuando abrimos el navegador web se muestran barras en la parte superior y ventanas emergentes que, si pulsamos sobre ellas, nos llevan a lugares de dudosa reputación. Creemos que las segundas, habitualmente en forma de anuncios (no todas), están integradas en las páginas que visitamos, pero no es así.
A tener en cuenta
Según nos indican las compañías de seguridad informática en algunos comunicados que podemos encontrar en Internet, el aspecto reflejado en el primer párrafo es el que indica, en la mayoría de las ocasiones, que uno o varios virus, u otros tipos de malware, están infectando el equipo. La conexión a Internet trabaja con lentitud porque estos elementos están utilizando parte del ancho de banda con el fin de ejecutar sus acciones.
La incidencia de las aplicaciones que se cargan en el inicio es muy dañina y, en muchos casos, muy difícil de eliminar. Si el programa antivirus no es capaz de detectar estas aplicaciones, habrá que recurrir a otros métodos de eliminación. La mejor, y más sencilla, es proceder a una restauración del sistema. En algunos casos, antes de formatear el ordenador y reinstalar el sistema operativo, habrá que recurrir a un técnico que nos pueda ayudar a la hora de resolver el problema.
El spam es un mal típico. Cuando un virus se ha adueñado del equipo se dedica a enviar mensajes de correo electrónico infectados a nuestros contactos con el fin de ampliar el rango de la infección. Nunca se deben abrir estos mensajes y menos acceder a los enlaces que incluyen.
Las ventanas emergentes que se abren cuando navegamos por Internet son elementos muy peligrosos, ya que los programas que los sustentan controlan nuestras visitas y pueden robar datos de todo tipo con el fin de utilizarlos con fines delictivos. Algunas son el camino para la instalación de ransomware.
Conclusión
Hay que tener claro que antes de tomar una decisión, me refiero al uso del ordenador, hay que analizar los pros y los contras de lo que vamos a hacer. ¿Tiene algún sentido pulsar sobre un enlace que no sabemos lo que esconde? No basta con tener un programa antivirus en funcionamiento, debemos también tratar de conseguir que el ordenador esté limpio y trabaje con fluidez. Ante la menor sospecha de infección hay que buscar una solución.