¿No te ha pasado alguna vez? Llegas del supermercado con tu compra recién hecha. Colocas los alimentos de conservación en fresco en la nevera, las aceitunas en bote y el resto de las conservas en la despensa, las galletas en el mueble destinado a tal fin en la cocina… Te dispones a abrir uno de los botes de aceitunas para acompañarlas de una cervecita antes de comer. No necesitas nada especial, sólo tirar del ganchito metálico para que se desprenda la tapa, pero, ¡vaya!, me quedo con el gancho entre los dedos, la tapadera fija y la aceitunas dentro, sin querer salir.
En el vídeo que os presentamos se suceden una tras otra escenas que nos recuerdan lo que hemos sufrido en alguna ocasión: el tapón de refresco en cartón que se rompe, nuestras manos resbalando sobre el plástico que envuelve el bizcocho sin poder extraerlo, las galletas por el suelo después de intentar abrir la caja que las contiene, la imposible extracción de la tapadera que protege a los pimientos morrones dentro del frasco… Estas y otras muchas. Es la vida misma.