Los avances tecnológicos no tienen fin. Las máquinas se construyen tratando de imitar al ser humano. En el terreno de los equipos informáticos los avances son cada vez más grandes, no sólo en el desarrollo de sistemas operativos y aplicaciones sino también en el hardware de las máquinas. Acabamos de leer en MIT Technology Review que un nuevo modelo de memoria trata de imitar las conexiones sinápticas que conforman el sistema nervioso cerebral. El invento pretende conseguir que los nuevos chips procesen la información de forma similar a como se hace en los seres humanos.
Tras las investigaciones se encuentra IBM. El sistema se denomina memoria de cambio de fase. Se basa en el funcionamiento de un cerebro humano. Se utilizan 913 elementos de conexión, emuladores de neuronas, que a su vez se conectan entre si a través de 165.000 puentes sinápticos. Es un sistema vivo que modifica su actividad en función del número y de la intensidad de los datos entrantes. Esto provoca una alteración en las conexiones, tal como ocurre con las neuronas. Gracias a estos procesos, los investigadores consiguieron que el sistema fuese capaz de reconocer números escritos a mano. Es un principio esperanzador.
No sabemos cuando este nuevo sistema llegará al mercado, aún está en una primera fase de experimentación, pero está claro que permitirá que los procesos de escritura y de interpretación sean más rápidos y precisos. El método de trabajo no es nuevo, son y han sido varios los científicos e investigadores que han tratado y tratan de llevar lo que mueve a los seres vivos a componentes informáticos. Hasta ahora el trabajo se ha quedado en intentos, todavía no se ha consumado, pero este nuevo desafío va camino de conseguir el éxito. ¿Serán alguna vez los ordenadores capaces de obrar en función de su experiencia? Está claro que la inteligencia, algo no contemplado en las máquinas tal como la entendemos, debe ser elemento primordial en el proceso. Permanezcamos a la espera.