Los coches, sean del tipo que sean, han de cuidar las ruedas, especialmente los Neumáticos, ya que se ocupan de transportar a las personas y demás a través de calles, carreteras tradicionales, autovías y autopistas (y en ocasiones caminos mal asfaltados o sin asfaltar). De la salud de estos elementos depende la seguridad en el transporte, de ahí la importancia de mantenerlos siempre en buen estado.
La importancia de unos buenos neumáticos
Son varios los factores que influyen en el deterioro de los neumáticos. La conducción es importante a la hora de la conservación, los arranques bruscos y los frenados sin control influyen en ello. Pero aún hay más, y en el conjunto destaca sobre todos la calidad. Esta claro que unos buenos neumáticos aseguran una mayor duración y contribuyen intensamente en la seguridad de las personas que se suben a un vehículo. Aunque aparentemente todas las ruedas son iguales, no es así. Los materiales y el diseño influyen notablemente a la hora de conseguir lo mejor.
A tener en cuenta
El invierno está a la vuelta de la esquina, y los neumáticos que debe llevar nuestro turismo o nuestra furgoneta han de disponer de unas características especiales, distintas de las que tienen los utilizados en las otras estaciones climatológicas. Estos neumáticos no solo deben estar preparados para la nieve sino que también han de servir para la lluvia y el hielo. Los materiales de los que están hechos han de adaptarse a todas estas condiciones adversas. Han de proporcionar una mayor y mejor tracción, que impedirá que el coche se vaya en una curva que acumula agua, que está llena de barro o teñida con una fina capa de hielo. Estos materiales permiten además que su rendimiento sea mayor en carreteras bañadas por el agua. Si, además, en el lugar en el que vivimos son frecuentes las nevadas, los neumáticos han de disponer de materiales especiales que permitan una mejor tracción y que impidan los deslizamientos.
Más…
Cuando se cambian los neumáticos, debido a que alguno o algunos están desgastados, no nos podemos quedar a medias, y cambiar los que corresponden a las ruedas delanteras y dejar los de las ruedas traseras sin cambiar. Para una total seguridad, el cambio debe ser total, aunque el gasto sea superior. Es mejor hacer una mayor inversión en un determinado momento y así ahorrarnos disgustos.
Conclusión
Sea cual sea la época del año, debes tener en cuenta una serie de principios a la hora de alargar la vida de tus neumáticos. Además de lo indicado anteriormente, hay otra serie de cuestiones que debes tomar en consideración. Es importante el vigilar la presión de los mismos, por lo menos una vez a la semana. Revisar su estructura, comprobando si hay un desgaste excesivo en alguna zona y tratar de solucionarlo. Algunos pequeños cortes se pueden arreglar sobre la marcha, pero otros no, hay que efectuar un cambio. También, cuando el desgaste no es uniforme, lo mejor es efectuar una rotación, poniendo los neumáticos que van a la derecha a la izquierda, y viceversa. Algo, también muy importante es mantener las llantas perfectamente alineadas. Y recuerda lo que ya hemos apuntado: mantén todos los neumáticos con la presión adecuada y evita la conducción irregular, no frenes con brusquedad y no aceleres sin sentido.