En mis años de vida, que ya alcanzan un número respetable, he recorrido muchos lugares, he visitado casas de amigos y de conocidos, aquí y allí. Como nos ocurre a casi todos, me he encontrado en ese deambular con espacios en los que prima la limpieza y el orden, y con otros en los que ocurre justo lo contrario. No solo en hogares sino también en otros sitios, digamos bares, restaurantes, supermercados, tiendas de ropa, oficinas… En algunos de éstos hemos entrado, aguantado, y salido con el corazón en un puño. La culpa de nuestro desaliento se debió al desorden y a la mierda (con perdón) que hemos encontrado. Pero sinceramente, nunca me he encontrado con algo similar a lo que muestro en la imagen que se encuentra más arriba.
Lo más sorprendente de todo lo que podemos descubrir en la fotografía que os ofrecemos es el ordenador que la jalona. ¿Para qué lo utilizará el individuo (o la mujer) que habita en tamaño enjambre de objetos inútiles? Está claro que no hará con él lo que lo define: ordenador para ordenar. Nunca en mi vida había visto un desorden tan inmensamente grande. Supongo que la persona que lo mantiene está afectada del síndrome de Diógenes. Si no es así, no existe ninguna explicación ni justificación.
Todo está fuera de sitio. Parece una papelera gigante (por no hablar de un estercolero) en la que se han ido tirando, mas que depositando, objetos sin orden ni concierto. Estoy totalmente seguro de que si la imagen viniese acompañada del olor que despide la habitación no podríamos soportar el hedor, tendríamos que cambiar de página web. Sólo la enfermedad puede justificar este desastre, el ser y el estar de este espacio en el que el orden y la limpieza brillan por su ausencia. ¡No tengo palabras! Aunque me surge una última pregunta: ¿quién hizo la foto, sería el autor y mantenedor del desaguisado? Si es así, hay algo que no me cuadra, ¿no crees?
La imagen lleva más de seis años alojada en el inmenso almacén llamado Imgur.