Era muy conocido en el ámbito matemático. A Alberto González le apasionaban los desafíos, esos problemas que obligan a exprimir el meollo al mismo tiempo que entretienen. En sus tiempos de estudiante no destacó mucho en Matemáticas, pero tampoco podemos negar que no le gustasen.
Hoy, cuando ya han pasado unos cuantos años, su mente, tal vez por su carácter eminentemente práctico, ha dado un giro. Un día, tomando unos vinos en el Andión, le dijo a su acompañante y amigo José Antonio:
– Te apuesto diez euros a que no eres capaz de resolver esta adivinanza. Un piloto vuela 100 kilómetros hacia al sur, a continuación otros 100 hacia al este, y por último otros 100 kilómetros hacia el norte. Al final se encuentra en el mismo punto del que partió. ¿En dónde está ese piloto?
– La solución es muy sencilla – respondió José Antonio -. El piloto está y salió del Polo Norte. Así que dame los 10 euros.
– De acuerdo – dijo Alberto -. Te apuesto ahora 20 euros a que no eres capaz de encontrar otro punto de partida.
José Antonio, que no se rendía a las primeras de cambio, pensó durante unos instantes. Sabía que no había otro punto que cumpliese las condiciones del problema, pero quiso demostrarlo. Después de pensar durante unos instantes, le explicó a su amigo:
– Eso es imposible. Supongamos que el piloto despega en cualquier punto entre el Polo Norte y el Ecuador. No podrá regresar al punto de partida. Si sale del Ecuador, terminaría a una distancia de 100 kilómetros del punto inicial.
– Muy bien, – contestó Alberto – entonces aceptas la apuesta. ¿Es así?
José Antonio aceptó la apuesta y, ¡oh desgracia!, la perdió. ¿Sabes por qué? ¿Eres capaz de encontrar tú la solución?
No te rindas a las primeras de cambio. Seguro que si piensas un poco serás capaz de resolver el problema. Vamos a ello.
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Solución
Las, o los, que no sean capaces de resolver el problema o quieran comprobar si su solución es válida, pueden leer lo que viene a continuación:
El piloto sale de cualquier punto situado en un paralelo situado a 116 km del Polo Sur. Se dirige hacia el sur una distancia de 100 kilómetros. Cuando termine debe viajar, a continuación, 100 kilómetros hacia el este, con lo que habrá dado una vuelta completa alrededor del polo. Al recorrer, por último, 100 kilómetros hacia el norte, estará de regreso en el punto de partida.
Si consideras que la solución no es así, ya sabes lo que tienes que hacer, exponer la tuya en la sección de comentarios.
