Ellas son las que pusieron mucho, muchísimo, para que estemos aquí. Somos parte de sus entrañas. Nos dieron la vida, nos ayudaron a crecer, nos enseñaron a vivir. Como todo ser humano, se equivocaron en múltiples ocasiones. Pero al final, nos damos cuenta de cuanto las añoramos, de lo que fueron para lo que ahora somos, de lo que hicieron por nosotros.
Los enfados, las regañinas, los tirones de orejas, los castigos, se quedan en el fondo del saco que nos dieron para andar nuestro camino. Hoy sólo nos acordamos de su cariño, de su amor, de su entrega sin pedir nada a cambio.
Sin madres no hay vida
Lo que viene a continuación no es una crítica a las madres, a las mamás, sino todo lo contrario. Léelo hasta el punto final. Le damos las gracias a su autor, que desconocemos, por hacernos partícipes de su experiencia.
Todo lo que siempre necesité saber, lo aprendí de mi madre:
– Mi madre me enseñó a APRECIAR UN TRABAJO BIEN HECHO: «Si os vais a matar, hacedlo afuera. ¡Acabo de terminar de limpiar!»
– Mi madre me enseñó RELIGIÓN: «Reza para que esta mancha salga de la alfombra».
– Mi madre me enseñó RAZONAMIENTO: «Porque yo lo digo, por eso… y punto».
– Mi madre me enseñó PREVISIÓN: «Asegúrate de que llevas ropa interior limpia, por si tienes un accidente».
– Mi madre me enseñó IRONÍA: «Tú sigue llorando, verás como te doy una razón para que llores de verdad».
– Mi madre me enseñó a ser AHORRATIVO: «¡Guárdate las lágrimas para cuando yo me muera!»
– Mi madre me enseñó OSMOSIS: «¡Cierra la boca y come!»
– Mi madre me enseñó CONTORSIONISMO: «¡Mira la suciedad que tienes en la nuca, vuélvete!»
– Mi madre me enseñó FUERZA Y VOLUNTAD: «Te vas a quedar sentado hasta que te comas todo».
– Mi madre me enseño METEOROLOGÍA: «Parece que ha pasado un huracán por tu cuarto».
– Mi madre me enseñó VERACIDAD: «¡Te he dicho un millón de veces que no seas exagerado!»
-Mi madre me enseñó MODIFICACIÓN DE PATRONES DEL COMPORTAMIENTO: «¡Deja de actuar como tu padre!»
– Mi madre me enseñó habilidades como VENTRILOQUIA: «No me rezongues, cállate y contéstame: ¿por que lo hiciste?»
– Mi madre me enseñó LENGUAJE ENCRIPTADO: «No me, no me…que te, que te…»
– Mi madre me enseñó técnicas de ODONTOLOGÍA: «¡Me vuelves a contestar y te estampo los dientes contra la pared!»
– Mi madre me enseñó GEOGRAFÍA DE ESPAÑA: «¡Como sigáis así os voy a mandar a uno a Cádiz y al otro a A Coruña!»
– Mi madre me enseñó BIOLOGÍA: «¡Tienes menos cerebro que un mosquito!»
– Mi madre me enseñó LÓGICA: «Mamá, ¿qué hay de comer?» ¡COMIDA!»
– Mi madre me enseñó RECTITUD: «¡Te voy a enderezar de un tortazo!»
¡GRACIAS MAMÁ!…. Madre sólo hay una….
La imagen de mamá
A los 4 años: «¡Mi mamá puede hacer cualquier cosa!»
A los 8 años: «¡Mi mamá sabe mucho! ¡Muchísimo!»
A los 12 años: «Mi mamá realmente no lo sabe todo…»
A los 14 años: «Naturalmente, mi madre no tiene ni idea sobre esto».
A los 16 años: «¿Mi madre? ¡Pero qué sabrá ella!»
A los 18 años: «¿Esa vieja? ¡Pero si se crió con los dinosaurios!»
A los 25 años: «Bueno, puede que mamá sepa algo del tema…»
A los 35 años: «Antes de decidir, me gustaría saber la opinión de mamá».
A los 45 años: «Seguro que mi madre me puede orientar».
A los 55 años: «¿Qué hubiera hecho mi madre en mi lugar?»
A los 65 años: «¡Ojalá pudiera hablar de esto con mi mamá!»
Conclusión
El título de esta publicación lo dice todo: sin madres no hay vida. Si no lo tienes claro todavía, vuelve al principio y relee lo que has leído. Estoy seguro que ello te servirá para confirmar lo que hemos resaltado.