
Mi experiencia personal con el deporte y la tecnología
Que la tecnología lo está cambiando todo, es algo evidente. Ocupa cada vez más aspectos de nuestra vida y de algún modo cruza hacia el mundo de la salud o el deporte cada vez más rápido.
Dejadme que os cuente mi experiencia, sabiendo que no soy el más avanzado con la tecnología, ni tampoco un deportista de élite (por mucho que lo haya deseado toda mi vida). Hago deporte desde que tengo uso de razón. Siempre he jugado y competido en baloncesto y natación. De forma “seria” hasta los 18 años. Después abandoné la natación (deporte que prácticamente aprendí a odiar), y seguí jugando a baloncesto durante mi época universitaria.
Una infancia deportiva sin tecnología
No tengo recuerdos de tecnología asociada a esos años deportivos. Acaso un crono para medir los tiempos en la piscina y poco más. Sin embargo, a medida que la tecnología se metió en nuestros bolsillos gracias a los smartphones, allá por 2007/2008, todo ha cambiado (y mucho).
El pádel como rutina y las primeras señales de digitalización
Desde el año 2000 hasta 2006 jugué a padel como un animal. Dos y tres veces por semana. Partidas de 1h30 en la que junto a mis amigos disfrutábamos de partidos emocionantes y divertidos. También sin tecnología. Si acaso alguna web para hacer la reserva de pista, pero poco más.
El running y las primeras apps deportivas
Y en 2006 me rompí el tendón de aquiles y comencé a correr, y al principio simplemente corría con el teléfono en la mano y unos auriculares de cable para que la música me hiciera compañía durante mis carreras de 5, 10 y luego 21km (llegué a hacer 8 medias maratones).
De SportsTracker a Strava
Poco después recuerdo que empecé a utilizar una app llamada SportsTracker, y luego una llamada Endomondo (que ya no existe). Después de esto, tuve que migrar a Strava, siempre desde el propio teléfono.
La llegada del smartwatch deportivo
Pero un día decidí comprarme un reloj Garmin para hacer seguimiento de todas mis actividades deportivas. Cuando me iba a correr, cuando subía a la montaña a hacer senderismo, e incluso en mis escasos entrenamiento de mi tan odiada natación. Lo usaba constantemente y siempre les decía a mis amigos aquello de que “lo que no está en la app, no existe”.
La motivación que brindan los datos
Y reconozco que me encantaba ver mis evoluciones. Mis tiempos medios, las pulsaciones durante la carrera. Es una forma de hacer deporte que me gusta. Del mismo modo que ahora me gusta hacer lo mismo cuando juego al golf (el deporte que me queda después de todas mis lesiones). Compartir tus resultados con tus amigos es para mí un estímulo. Saber que tus amigos pueden seguir tu partida de golf en tiempo real me motiva para intentar hacerlo bien, aunque por desgracia… no siempre ocurre.
El auge de la tecnología en el deporte amateur
El caso es que poco a poco se ve más y más tecnología aplicada al deporte. Por supuesto al deporte amateur.
Carreras virtuales y partidos organizados por apps
¿Sabías que se organizan carreras virtuales vía app? Incluso hay aplicaciones para montar tu partida de padel con desconocidos, previo establecimiento del nivel de cada uno de los jugadores.
El uso de tecnología en el deporte profesional
Y hoy en día la tecnología ha dado un salto definitivo al deporte profesional. Los jugadores de fútbol, por ejemplo, tienen un dispositivo GPS insertado en la camiseta de juego para hacer seguimiento de los km recorridos, de la velocidad media, del número de sprints, de sus tiempos de recuperación. Se mide todo.
La importancia de medir para mejorar
¿Sabes por qué? Porque lo que no se mide, no se puede mejorar. Te lo digo yo, que soy el responsable de datos y analítica de una multinacional. Por eso los equipos que invierten más en tecnología son los más punteros. Primero porque tienen el presupuesto para acometer esas inversiones, y segundo porque utilizan los datos para decidir cuándo dar el alta deportiva a un jugador, qué jugador está más en forma y cuál necesita un descanso. Todo se mide.
La tecnología llega al deporte infantil
Ahora que lo pienso, estamos cerca de que la tecnología llegue al deporte amateur.
El caso de las plantillas inteligentes
Hará cuatro o cinco años, mi hijo Jaime (que por entonces tendría 12 o 13 años) me pidió que le comprara unas plantillas inteligentes de Adidas. Con esas plantillas se podía analizar un montón de información, como
1. la velocidad máxima de golpeo de balón,
2. los kilómetros realizados,
3. la velocidad máxima alcanzada,
4. el número de sprints durante un partido…
un montón de datos que, si bien no tenían otra utilidad que el análisis “familiar”, abren una ventana a normalizar la tecnología para cualquier deportista.
Conclusión
La tecnología está transformando nuestra manera de entender y practicar deporte, desde el aficionado ocasional hasta el deportista profesional. En mi caso, ha sido una evolución progresiva que ha mejorado mi motivación, mis resultados y mi conexión con otros deportistas.
Y tú, ¿también has sido conquistado por la tecnología en tus actividades deportivas?