El vapeo comenzó como un sistema destinado a sustituir, por parte de los fumadores, el tabaco tradicional. En un principio fueron muchas las personas que se apuntaron al nuevo sistema, pero ya son unos cuantos los que se han dado de baja, sobre todo a los informes negativos surgidos.
Vapear consiste en inhalar y exhalar el vapor producido por un cigarrillo electrónico o dispositivo similar. Lo que hacen estos dispositivos es calentar un líquido, que a menudo contiene nicotina, saborizantes y otras sustancias químicas, con el fin de crear un aerosol que se inhala hacia los pulmones.
Según los resultados de un reciente estudio preclínico realizado por un grupo de investigadores del Lawson Health Research Institute y de la Escuela de Medicina y Odontología Schulich de la Western University, se cree que el vapeo puede tener efectos negativos sobre el surfactante pulmonar.
Si queremos obtener información sobre el citado surfactante pulmonar, podemos pulsar sobre el enlace indicado en el párrafo anterior. Se trata de una capa crítica hecha de lípidos y proteínas, fundamental para facilitar la respiración al reducir la tensión superficial en los pulmones. Sin surfactante, se necesitaría más esfuerzo para respirar y algunas personas necesitarían ayuda mecánica para hacerlo.
Sobre la investigación
El Dr. Ruud Veldhuizen, científico de Lawson y profesor de Medicina y Odontología de Schulich, ha dicho lo siguiente: «El vapeo sigue siendo popular, pero no se sabe mucho sobre lo que sucede con el aerosol cuando ingresa a los pulmones. Nos dimos cuenta de que lo primero con lo que entra en contacto el aerosol de vapor en los pulmones es el surfactante pulmonar, que es un área en la que se especializa nuestro equipo«.
Los investigadores colocaron una película de surfactante dentro de una jeringuilla y luego, usaron un dispositivo de vapeo para empujar el aerosol dentro de la jeringa. Esto permitió que el vapor interactuara directamente con el tensioactivo. Continuaron el proceso, con el fin de imitar el vapeo normal, realizando la inhalación y exhalación de vapor en la jeringuilla durante 30 veces.
Emma Graham, estudiante de maestría en Medicina y Odontología de Schulich ha dicho al respecto: «En particular, estábamos analizando la tensión superficial en el surfactante. Después de vapear, vimos una alta tensión superficial, lo que sugiere que el surfactante no sería tan efectivo para respaldar el funcionamiento adecuado de los pulmones«.
Se examinaron diferentes dispositivos de vapeo, con distintos sabores, aditivos y nicotina, con el fin de averiguar los diferentes efectos. La nicotina no fue la sustancia que más afectó negativamente la tensión superficial del surfactante, fueron otros líquidos incluidos en los dispositivos de vapeo.
Conclusión
Aunque el equipo de investigación tiene la intención de efectuar nuevos estudios, Veldhuizen dice, tal como podemos leer en Plos One, que estos descubrimientos podrían indicar por qué las personas que vapean son más susceptibles a desarrollar lesiones pulmonares.
Lo que está claro es que el vapeo provoca daños en los pulmones. Solo hay que esperar a nuevos estudios con el fin de saber con exactitud en donde se centran estos daños.