Los musgos, los helechos y las clases de vientos son los que definen esta nueva publicación. Ya hemos hablado en más de una ocasión, aquí en Batiburrillo.net, de la Antología del Disparate, escrito por Luis Díez Jiménez, en tiempos catedrático del Instituto Masculino de Málaga. Tengo el libro, publicado en 1971 (séptima edición), en una estantería que se encuentra a mi izquierda.
De vez en cuando lo abro para recordar tiempos pasados, muy pasados, y para reírme un poco. Lo manejo con cuidado porque, con el paso de los años, sus hojas están sueltas y hasta ligeramente rotas. Hoy, después de abrirlo por la página 99, me he puesto a leer algunas de las barrabasadas (con perdón) que ponían en sus exámenes de junio de 1965 los alumnos de tercero de bachillerato que, dicho sin ánimo de ofender, tenían un nivel académico mucho más alto que el de los alumnos actuales.
No lo podemos eludir, siempre ha habido los que no se enteraban ni enteran de nada y no tenían ni tienen vergüenza a la hora de propagar su ignorancia. Aunque nos referimos a estudiantes podíamos ampliar la afirmación a todos los niveles y estados sociales. Pero lo mejor es tomárselo con humor.
Estas son algunas de las respuestas que comparto hoy con vosotros. ¡Disfrutadlas!
Musgos
Los musgos son unos animales que se encuentran en el mar y en los ríos. Los principales son el cangrejo y el caracol. El caracol es un musgo de mar que siempre lleva su casa a cuestas. Tiene una «vava» que cuando se seca, brilla, y se alimentan de insectos de mar.
Helechos
De esta pregunta voy a hablar poco; helechos son, a mi suponer, unos órganos como las algas marinas de vida vegetal, pero no todas.
Clases de vientos
Podemos describir que hay varias clases de vientos, así como en Geografía se clasifican, en Ciencias también:
1º Viento de boca: Estos son muy peligrosos, aunque en general ningún viento venga bien. Cuando le da el viento bien para un lado bien para otro y puede ser que el individuo quede inútil para toda la vida.
2º Viento de estómago: Este cuando ataca también hace que el ser o individuo sufra mucho. A los animales no racionales suele ocurrirles que si se «cojen» del nido, bien está que sean pájaros. Pues cuando se tiene poco cuidado en criarlos les entra un viento en el buche que el animal tiene que morir. Lo mismo le puede ocurrir a cualquier clase de animal.
