No, no estamos obsesionados con el tema aunque parezca lo contrario. Ya sé que hemos escrito unos cuantos artículos enfocados en lo mismo y seguiremos en la misma línea aunque sabemos que lo que nosotros y otros digan no tendrá valor para unos cuantos (¿muchos?) padres.
Algunos progenitores seguirán comprando a sus hijos un teléfono móvil inteligente cuando acaban de dejar el chupete o aún no lo han dejado. Por mucho que se les diga, que se les hable de los riesgos que entraña para un niño o un adolescente el uso de estos dispositivos, no son capaces de entenderlo o no quieren enterarse. Así tienen a su niño o niños entretenidos. Es lo más fácil y más cómodo.
Un bebé con móvil
La foto que os ofrecemos a continuación tiene un doble significado, podemos entenderlo como una confirmación de nuestras palabras o justo lo contrario, como una crítica a todos los padres que dejan que sus hijos se auto-eduquen. Entiéndelo como quieras, los dos significados son válidos, ambos inciden sobre lo mismo.
Que el niño está dando la tabarra y la televisión no lo entretiene, pues le doy el móvil… Es la mejor medicina. El crio deja de llorar, y yo sigo a lo mio.
Empieza a tocar los botones. Hasta le hace una foto al gato, que pasaba por allí, y cuando adquiere cierta soltura es capaz de enviar un WhatsApp, no importa que no sepa escribir.
Son los primeros pasos para convertirse en un móvil dependiente, en un ser dominado por la Nomophobia, para comenzar a correr riesgos innecesarios, los que surgen tras registrarse y viajar por las redes sociales y servicios similares. Las consecuencias las conocemos todos… y hay muchas más.
He encontrado la foto en Daily Pics and Flicks