Es un sistema de autodefensa. Lo utilizan algunos animales, generalmente de pequeño tamaño, con el fin de protegerse ante los posibles ataques de depredadores. Con el camuflaje son capaces de engañar a los atacantes, al confundirse con el medio en el que se encuentran. El caso de la oruga que os mostramos es harto singular, sus capacidades para pasar desapercibida rozan la perfección. Es una especie de polilla que pertenece a la familia Geometridae, que vive en muchas zonas de América del Norte. Sólo tiene una longitud de 17 mm. Los adultos son de color verde. Su cuerpo se conforma con festones o líneas onduladas de color blanco. Las larvas se alimentan de flores, arbustos y varios tipos de plantas.
En la fotografía que os mostramos (hay algunas más en la página que indicamos en el enlace del fin del artículo) se ve como se unen pétalos de las flores en las que se asientan con los tejidos de la oruga, utilizando finos hilos de seda. Dependiendo del alimento que las sustenta, adoptan formas que están en consonancia con las plantas sobre las que viven. El fin es el evitar la detección. Cuando los pétalos se marchitan los sustituyen por otros más frescos.
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