Al parecer, según los resultados de una investigación efectuada hace ya algún tiempo, el cerebro guarda los recuerdos de diferente manera, en función de como se hayan conseguido. El lugar y la forma dependen de como se haya llevado a cabo el proceso de aprendizaje.
Dicha investigación está avalada por la Universidad de Oxford. En ella se explica que el conocimiento aprendido se almacena en diferentes circuitos cerebrales, en función, como ya hemos apuntado, de como se aprendan.
Sobre la investigación
Investigadores del Departamento de Psicología Experimental, el Wellcome Center for Integrative Neuroimaging (WIN) y el Departamento de Neurociencias Clínicas de Nuffield, emplearon un escáner de resonancia magnética con el fin observar las modificaciones producidas en los cerebros de los participantes en el experimento. Estos cambios están ligados con el aprendizaje y con las experiencias aprendidas.
Miriam Klein-Flugge, del Departamento de Psicología Experimental, y participante en la investigación, dijo lo siguiente: «Sabemos que los seres humanos pueden aprender de diferentes maneras. A veces aprendemos simplemente observando las relaciones en el mundo, como aprender el diseño de una nueva ciudad o las relaciones entre las personas, pero no siempre es así. En ocasiones lo hacemos después de fijarnos unas metas«.
A tener en cuenta
Lo indicado por Miriam ha servido para explicar los motivos que indican las zonas de almacenamiento de lo aprendido. Nuestro cerebro se ocupa de asignar un lugar determinado a cada tipo de aprendizaje.
Miriam ha dicho también: «Esta investigación muestra que tenemos múltiples redes en el cerebro que nos ayudan a almacenar el conocimiento aprendido o las asociaciones, lo que significa que el daño a una parte del cerebro seguirá dejando mecanismos alternativos disponibles para el aprendizaje«.
«También aprendimos que parte de este conocimiento es muy persistente, y el cerebro no lo olvida incluso cuando se vuelve irrelevante, mientras que el conocimiento adquirido a través de mecanismos de aprendizaje alternativos es más flexible y puede cambiarse más fácilmente a nuevo conocimiento«, ha añadido.
Conclusión
Está claro que no es lo mismo el aprendizaje de secuencias reforzadas que el que está centrado en la recompensa. Y el cerebro lo sabe, y por ello, guarda la información en espacios diferentes.
Miriam Klein-Flugge dijo como conclusión: «Es bien sabido que es bueno para nuestros cerebros continuar aprendiendo cosas nuevas a lo largo de la vida, por lo que comprender las diferentes formas en que aprendemos y almacenamos el conocimiento podría ser beneficioso y ayudarnos a cada uno de nosotros. Hay que descubrir qué forma de aprendizaje nos conviene más«.
Nuestro cerebro debe de permanecer activo durante toda la vida, no solo en la localización de recuerdos sino también en el almacenaje de nuevos conocimientos. Cualquiera de las dos formas de aprendizaje es buena para mantener el cerebro en funcionamiento.
Fuente: Nature Communications