Hablar o escribir acerca del comportamiento humano es hablar o escribir sobre el hombre. O sobre el HOMBRE, así, en mayúsculas. A lo largo de toda su historia, el ser humano ha ido preguntándose, cuestionándose, sistemáticamente acerca de su identidad, sus orígenes, sus actos y los fines de sus actos.
La respuesta a tales interrogantes ha dependido siempre del momento histórico en que han sido formuladas las preguntas. Lo que el hombre ha creído de sí mismo, de su naturaleza, ha constituido siempre un ingrediente más —trascendental ingrediente— de la cultura y la ideología dominantes.
Con el curso de los tiempos pasan y cambian las concepciones del hombre. Estas concepciones parecen basarse en cada momento histórico, sobre lo que el hombre es. Sin embargo, probablemente haya acaecido que en toda circunstancia el hombre ha tendido a ser —a conducirse, mejor— en función de lo que ha creído ser.
Transformaciones sobre el hombre y el mundo
Nuestro siglo XXI, y sobre todo el pasado siglo XX, ha vivido convulsas transformaciones que han despedazado las concepciones tradicionales sobre el hombre y el mundo. Los cambios de todo orden se producen en progresión geométrica.
Las explicaciones acerca del hombre se suceden y multiplican vertiginosamente. La década de los ochenta, del pasado siglo, contempla la coexistencia de distintos modelos explicativos del hombre y de su conducta. Algunos se cotizan al alza, otros bordean la quiebra.
La influencia de la ciencia experimental
Entre los diferentes modelos posibles, hemos elegido uno, aquél, claro está, con el que más comulga el autor del libro, el que mostramos al final de este artículo. Está constituido por retazos de distinta procedencia, de muy diverso origen, pero guardando todos un denominador común, concretamente su fundamentación en las aportaciones de la ciencia experimental.
El comportamiento del hombre está visto, aquí, al igual que las ciencias físicas y naturales contemplan a sus respectivos objetos de estudio, es decir, como una realidad del mundo material, susceptible, por tanto, de ser estudiada mediante la metodología científica natural.
El análisis funcional del comportamiento aporta una gran parte de las leyes del aprender humano, situando además, el aprendizaje como el fenómeno psicológico central en la explicación del comportamiento.
Hombres y nombres tan varios como Edward Thorndike, Jacob Robert Kantor, Burrhus Frederic Skinner o Albert Bandura encarnan algunas de las aportaciones más significativas al análisis de la conducta.
Sus trabajos —y los de otros— están cimentando mucho de lo que se dice sobre el comportamiento instrumental, el fenómeno del reforzamiento, la imitación social y el aprendizaje por observación, fundamentando, en última instancia, en mucho de cuanto se afirma sobre la determinación ambiental del comportamiento.
La Psicología soviética
Mas también se han recogido las aportaciones de la llamada Psicología soviética, una trascendente corriente de datos científicos acerca del hombre, marginada entre nosotros. El condicionamiento reflejo, la relación entre el comportamiento observable y el encubierto (pensamiento, imágenes. memoria…), la trascendencia del lenguaje en la determinación de comportamientos propios y ajenos y muchos otros fenómenos tienen su origen explicativo en una ingente obra iniciada por Sechenov y Pavlov, proseguida por Vigotsky y Luria, y mantenida por una pléyade de investigadores que, ya en nuestros días y en el mundo occidental, han sabido compaginarla con los mejores productos del análisis funcional de la conducta (Staats, Michelbaum, etc.)
La Psicofisiología y la Neurofisiología, aunque abordadas breve y muy marginalmente en esta obra, laten tras algunas de sus exposiciones. Son ramas de la Ciencia que abordan el sustrato físico del comportamiento humano, un sustrato que —como reiteraremos— no decide los comportamientos, pero los media, los posibilita, los colorea. Un sustrato que, entendiéndolo funcionalmente, dando cuerpo activo al hombre vivo, permite acabar con la dicotomía —cuerpo y psique— que ha encarnado las concepciones acientíficas del hombre.
La Psicología social
Por fin, hemos tenido muy en cuenta datos procedentes de la Psicología social de base experimental y de la Antropología Cultural. Interacción personal, dinámica de grupo y diferenciación conductual en función del medio sociocultural, son otros tantos hechos ineludibles en la descripción del comportamiento humano.
La evolución en el comportamiento humano
Se ha procurado ordenar la descripción de lo simple a lo complejo, de lo primario a lo ulterior. Ello supone abordar la narración del comportamiento humano evolutivamente, pasando del embrión al niño y de éste al adulto.
Tal planteamiento y el convencimiento de que, por razones didácticas, es preferible detenerse en lo simple, nos ha llevado a hacer especial hincapié en la infancia, en el comportamiento infantil, que, por otra parte, descubriremos que resulta decisivo en cuanto modelador de los comportamientos de las sucesivas etapas de la vida.
Fuente: Temas Clave de Aula Abierta Salvat – El comportamiento humano. Publicado en el año 1981
Autor: Josep Toro Trallero