No importa que sea eventual o producido de manera frecuente. El enojo como forma de ira provoca fallos en los vasos sanguíneos, según los resultados de un nuevo estudio. Ello puede servir para descubrir las implicaciones que tendría en la probabilidad de ataque cardíaco y en el surgimiento de un accidente cerebrovascular.
Aunque existen investigaciones anteriores centradas en la relación que existe entre las emociones negativas, como la ira, y un mayor riesgo de ataque cardíaco, un grupo de científicos de la Asociación Estadounidense del Corazón se ha centrado en averiguar con alta precisión como la ira, el enojo, afecta a nuestros vasos sanguíneos y a las células que los envuelven.
Investigación sobre el enojo y sus consecuencias
Participaron 280 personas sanas con una media de edad de 26 años. Se les pidió que se sentasen tranquilamente durante 30 minutos. A continuación los investigadores midieron su presión arterial, la frecuencia cardíaca, y la dilatación de sus vasos sanguíneos usando sondas en los dedos. También tomaron muestras de sangre.
A un grupo se le pidió que pusiesen en marcha sus recuerdos con el fin de encontrar alguno que los enojase. A otro grupo se les dijo que el recuerdo se centrase en un estado de ansiedad. Un tercer grupo leyó una serie de frases deprimentes con el fin de que recibiesen estados de tristeza. El cuarto grupo se dedicó a contar de uno a cien varias veces con el fin de crear un estado en el que no existiesen estados de emoción. Todos los grupos llevaron a cabo lo pedido durante un periodo de ocho minutos.
Resultados del estudio
Los investigadores comprobaron que, en los participantes que buscaron recuerdos que traían consigo estados de ira o enojo, los vasos sanguíneos se dilataron. La dilatación permaneció activa durante 40 minutos.
En investigaciones anteriores se llegó a la conclusión que las citadas dilataciones provocaban el desarrollo de una enfermedad, denominada ateroesclerosis, que puede traer consigo un incremento en las posibilidades de aumentar el riesgo de sufrir un derrame cerebral y una enfermedad cardíaca.
A tener en cuenta
Daichi Shimbo, director del estudio y profesor de medicina en el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia en Nueva York, ha dicho lo siguiente:
«Vimos que evocar un estado de ira conducía a una disfunción de los vasos sanguíneos, aunque todavía no entendemos qué puede causar estos cambios. La investigación de los vínculos subyacentes entre la ira y la disfunción de los vasos sanguíneos puede ayudar a identificar objetivos de intervención eficaces para las personas con mayor riesgo de sufrir eventos cardiovasculares«.
Glenn Levine, maestro clínico y profesor de medicina en la Facultad de Medicina de Baylor, y jefe de la sección de cardiología del Centro Médico VA Michael E. DeBakey, ha dicho sobre los resultados de la investigación lo siguiente:
«Este estudio se suma muy bien a la creciente base de evidencia de que el bienestar mental puede afectar la salud cardiovascular y que los estados emocionales agudos e intensos, como la ira o el estrés, pueden provocar eventos cardiovasculares«.
Conclusión
Teniendo en cuenta lo que hemos apuntado está claro que los estados de enojo frecuentes pueden producir daños irreparables, que desembocan en problemas de alta gravedad en la salud. Aunque el estudio se llevó a cabo con personas jóvenes, que lo normal es que no consuman medicamentos para problemas cardíacos, no significa que los mayores, que toman estas medicinas, no padezcan los mismos males.