El trabajo como contable es complicado. No se pueden tener despistes cuando se registran los asientos en los clásicos libros diario y mayor. Hay que centrarse en lo que se está haciendo para no cometer errores. Una prueba de ello es lo que viene a continuación. ¿Te animas a encontrar la solución al problema planteado?
Honorato Gutiérrez, contable de la empresa Manolo López y Hermanos, estaba consternado. Llevaba varias horas intentando averiguar en dónde estaba el desajuste que había detectado en el balance contable. Había una diferencia de 54 euros, y no era capaz de averiguar a que se debía.
Manolo López, gerente de la compañía, entró en el despacho de Honorato y, al ver la cara que tenía, le preguntó que le pasaba. Éste le explicó la causa de su disgusto.
– Acabo de revisar la contabilidad – dijo Honorato- y he descubierto que las cuentas no cuadran, faltan 54 euros.
– ¿Le faltan 54 euros? – dijo Manolo- . En algún asiento ha invertido dos cifras. ¡Compruébelo!
Honorato se puso a revisar la contabilidad partiendo de lo que le había dicho su jefe. Al cabo de pocos minutos encontró el error.
¿Cómo supo Manolo López en dónde estaba el fallo?
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Solución
Los que no sean capaces de resolver el problema o quieran comprobar si su solución es válida, pueden leer lo que viene a continuación:
Cualquier número X es igual a la suma de sus cifras más un múltiplo de 9. Si se invierten las cifras de X se obtiene un nuevo número X’ que es también igual a la suma de sus cifras, que obviamente son las mismas que las de X, más un múltiplo de 9. De lo anterior se deduce que X – X’ es un múltiplo de 9.
Al ser 54 un múltiplo de 9, se deduce que el error del contable se debe a una inversión de cifras.