Nos referimos a ese momento en que una mujer ve a un hombre, o un hombre ve a una mujer, y su corazón le da un vuelco, surge un estado de amor inmediato, un flechazo. Al parecer, esta sensación, que va acompañada de varias acciones, tarda en llegar al cerebro un quinto de segundo. Son los resultados de un completo estudio realizado por Stephanie Ortigue, investigadora de la Universidad de Syracuse tal como nos cuentan en la sección de Ciencia de EuropaPress. El enamoramiento provoca mucho más que una sensación especial, similar a la que produce el consumo de cocaína, ya que es capaz de afectar a las áreas intelectuales.
Cuando una persona se enamora comienzan a trabajar en conjunción doce zonas diferentes del cerebro. La euforia surge como efecto de la liberación de varios productos químicos, como la dopamina, la citoxina o la adrenalina. Las metáforas, la representación mental y la imagen corporal se ven también afectadas por el proceso de enamoramiento.
Pero no sólo es el cerebro el que interviene en el amor, el corazón también entra en acción. Los procesos cerebrales activan varias acciones en el corazón. Algunas sensaciones que se atribuyen al corazón provienen del cerebro. Así, por ejemplo, aumentan los niveles en sangre del factor del crecimiento nervioso, una molécula que juega un importante papel en lo que conocemos como «amor a primera vista».
Si el amor no funciona, se pueden alcanzar altos niveles de estrés emocional y de depresión. Conociendo las zonas del cerebro que intervienen en el amor, los especialistas en salud mental, podrán entender mejor los dolores de las personas enfermas de amor.
A pesar de que el estudio tiene ya más de cuatro años de existencia, no se puede negar que el amor a primera vista, el flechazo, tiene una base científica. Si lo que parecía que iba a ser no lo es, puede surgir un estado de estrés emocional y de depresión. Son varias las partes del cerebro afectadas cuando se produce el enamoramiento, de ahí los problemas surgidos cuando todo vuelve a sus inicios.
