Según los resultados de una serie de estudios efectuados por un equipo de investigadores de la Universidad McMaster, el subir escaleras de forma moderada o con esfuerzo supone un notable beneficio para todas las personas que padecen enfermedades cardíacas. Además de beneficios musculares también trae consigo importantes mejoras en el terreno cardiovascular.
Según ha indicado Maureen MacDonald, una de las investigadoras principales de ambos estudios y profesora del Departamento de Kinesiología de McMaster, «el subir escaleras de forma breve y vigorosa, y el ejercicio tradicional de intensidad moderada cambiaron el estado físico, que es un factor clave para predecir la mortalidad después de un evento cardíaco«.
Ha añadido lo siguiente: «Hemos demostrado que subir escaleras es una opción segura, eficiente y factible para la rehabilitación cardíaca, lo cual es particularmente relevante durante la pandemia actual, cuando muchas personas no tienen la opción de hacer ejercicio en un gimnasio«.
Sobre el ejercicio físico
Está demostrado que el ejercicio físico moderado es bueno para la salud, contribuye, está demostrado, a una vida más sana. Nunca es recomendable pasarse varias horas al día sentados. De ahí la necesidad de moverse. Ya hemos hablado en más de una ocasión de lo importante que es andar, y ahora nos referimos a otra forma de realizar esfuerzos físicos subiendo escaleras, tras leer lo que nos cuentan en Frontiers.
Los investigadores que llegaron a las conclusiones indicadas trabajaron en estrecha colaboración con el Centro de Rehabilitación y Salud Cardíaca del Hospital General de Hamilton para desarrollar un protocolo de ejercicio que no requiriera equipo o monitoreo especializado y que pudiera realizarse fácilmente fuera de un laboratorio.
Los participantes que sufrían enfermedad de las arterias coronarias, que se habían sometido a un procedimiento cardíaco, fueron asignados al azar al ejercicio tradicional de intensidad moderada o a subir escaleras de forma vigorosa: tres rondas de seis tramos de 12 escaleras, separados por períodos de recuperación de la caminata. Los participantes seleccionaban su propio ritmo de paso.
Hubo una notable diferencia entre los que hacían ejercicio de la manera tradicional y los que subían escaleras. Estos últimos notaron un importante aumento en su aptitud cardiorrespiratoria después de haber transcurrido cuatro semanas de entrenamiento supervisado. Al cabo de ocho semanas, sin hacer ningún tipo de supervisión, se mantuvieron los niveles.
Conclusión
Los pacientes con problemas cardíacos pueden mejorar por tanto el músculo que tienen dañado. Aunque las acciones indicadas se realicen durante un periodo corto, el entrenamiento continuo o subir escaleras con esfuerzo suponen un notable beneficio para conseguir esa mejora.