Parece ciencia ficción pero no lo es. La historia es real y creíble. Ocurrió en Noruega. Un muchacho de 16 años, llamado Lars Andreas Bjercke, descargó e instaló en su teléfono inteligente una aplicación que tenía como fin atraer a los zorros. Al parecer, la app se ocupa de emitir una serie acompasada de sonidos que imitan los gritos de los conejos. Los zorros, seducidos por la melodía, acuden prestos al foco emisor.
Bjercke, que vive en una casa en el campo, comenzó de inmediato a comprobar la fiabilidad de la aplicación que había instalado, pero, a pesar de detectar la proximidad de un zorro, no consiguió que éste se acercase a su vera. Tras intentarlo en varias ocasiones se decidió a entrar en la casa tras dejar el móvil en una mesa del patio, con los sonidos imitadores de los gritos de conejos, activos. Cuando volvió al patio, descubrió que su teléfono había desaparecido.
Hizo una llamada desde otro dispositivo a su móvil, con el único fin de comprobar, tras la posibilidad de oír su timbre, en dónde se encontraba. Cual no fue su sorpresa al escuchar unos sonidos indescifrables, los que emitió el zorro que, no había duda, tenía el teléfono en sus manos (perdón, patas). Pero el episodio no terminó ahí, un amigo de Bjercke recibió un mensaje, también indescifrable, al parecer, redactado por el zorro (caprichos de los teclados). El mensaje, supongo que escrito en el lenguaje especial utilizado por este grupo de mamíferos, decía textualmente: «I FRY o a0ab 34348tu åaugjoi zølbmosdji jsøg ijio sjiw».
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Advertencia: No intentes copiarlo y pegarlo en el traductor de Google. Si lo haces, descubrirás que el servicio de traducción se pierde en su desempeño, aún no está contemplado el lenguaje hablado por los zorros (mejor, por los caprichosos teclados de los teléfonos móviles).
Fuente | LiveLeak