Es algo muy habitual entre parejas que mantienen una relación estable, y no tan frecuente entre aquellas que se acaban de conocer, aunque puede servir de preámbulo para otro tipo de acciones. Me refiero al beso boca a boca, al que muchos denominamos beso con lengua. Según un grupo de científicos, tal como nos cuentan en Microbiome, cuando esto ocurre, se comparten 80 millones de bacterias. Se llegó a tal conclusión tras un experimento efectuado con 21 personas. Antes y después de cada beso se hizo un análisis de las bacterias que cada pareja tenía en su boca.
Diferencias entre parejas estables y ocasionales
En las parejas estables, las que se besan cada día, no hay muchas diferencias en los tipos de bacterias, por lo que la incidencia en la transmisión es baja. No podemos decir lo mismo cuando el beso es ocasional, entre parejas que no se conocen. Esto supone un notable incremento en el cúmulo de bacterias corporales en cada uno de los protagonistas.
¿Cómo supervisaron la transferencia de bacterias?
Antes de iniciar el experimento, uno de los componentes de una pareja, bebió un yogur probiótico. A partir de aquí, se buscaron en el otro las bacterias incluidas en la bebida. Así se analizaron, además de los componentes, el número de bacterias que fluyeron de una boca a otra, lo que permitió realizar una cuantificación, es decir, definir el total de 80 millones.
No es alarmante
Aunque nos parezca un número muy alto, no es así. Hay que tener en cuenta que en nuestro organismo campan a sus anchas miles de millones de bacterias. Ochenta millones es una cantidad muy pequeña, si la comparamos con el total. Lo que se considera como positivo para la salud es que el número de bacterias aumente, ya que redundará en la activación de nuevos sistemas de protección.