Todos hemos visto en alguna ocasión la Estatua de la Libertad, aunque sea en un vídeo o en una fotografía. Todos sabemos que se encuentra en Nueva York, es uno de sus monumentos más famosos y de los más conocidos en el mundo entero. Su mensaje es claro y preciso: «la libertad iluminando el mundo». Se encuentra ubicada al sur de la isla de Manhattan. ¿Quién la puso ahí? Fue un regalo de los franceses a los estadounidenses con el fin de conmemorar, en el año 1886, la Declaración de Independencia de Estados Unidos. De ahí que el escultor que la concibió y colaboró en su construcción sea francés, Frédéric Auguste Bartholdi. Desde el año 1984 la estatua es Patrimonio de la Humanidad.
¿A cuento de qué…?
Me diréis, ¿y todo lo anterior a que viene, a cuento de qué? ¿Te has fijado en la imagen que tienes justo encima? Un hombre encendiendo su cigarrillo en la llama de la antorcha. Trata de convertir el canto a la libertad y a la emancipación, simbolizados por la estatua, en algo tan prosaico como llenar de nicotina los pulmones. Pero todos también sabemos que lo que está tratando de hacer el muchacho de las gafas oscuras es engañarnos, que se ha aprovechado de algo llamado perspectiva (no lo vamos a analizar ahora) para confundirnos, para hacernos dudar, al menos durante un instante. Claro está, en intima colaboración con el fotógrafo. ¿Habrá alguien que caiga en la trampa? ¿Tú que crees?
Más…
La imagen, como otras muchas, la tenéis en Daily Picks and Flicks, un lugar de referencia a la hora de encontrar fotografías y vídeos originales. Aquí, en Batiburrillo.net, aprovechamos muchas de estas imágenes para acompañar al texto que fluye, tras estar flotando sobre el techo de la habitación, sobre el teclado del ordenador, invitando a nuestros dedos a pulsar las teclas que conforman las palabras. Esas imágenes nos sirven en varias ocasiones de fuente de inspiración. Dicho queda…
