Aunque las circunstancias no sean las apropiadas, y nos duela el alma, es mejor reír que llorar. Todos, absolutamente todos, estamos sufriendo las consecuencias que acompañan la crisis económica y social que nos embarga, unos con más intensidad que otros. A pesar de ello, de los malos momentos que nos ha tocado vivir, de la falta de trabajo, de la ausencia de honradez en muchos (sí, en muchos) gobernantes y no gobernantes, de la pérdida de valores, hay personas que tratar de hacernos esbozar una sonrisa.
He recibido la fotografía que acompaña este artículo como parte de una presentación. No sé de donde proviene el cartel ni en que cristal está pegado, pero lo que dice es irrefutable:
Oferta de trabajo. Se necesitan dos personas responsables para resolver la crisis y arreglar el país: un electricista para quitar enchufes y un cura para repartir hostias. Interesados enviar informes a dirigentes políticos.
No sé si será la solución, pero está claro que hay un gran grupo de personas que viven enchufadas (o no enchufadas) a costa de los demás, aprovechándose del resto, chupándoles la sangre, quitándoles la vida. Es también verdad que se necesita mucha mano dura para que los aprovechados sean desenchufados. Lo difícil está en la aplicación de las soluciones, que existir existen, a pesar de que haya unos cuantos que lo nieguen. Tal vez sea necesario un cambio de sistema. Son muchos los que están en puestos de mando y no mandan nada, no ofrecen soluciones. No les interesa, porque el suicidio está castigado con la pena de muerte.