¿Te acuerdas? Nació en 1960 en Estados Unidos. Se le conoce como movimiento hippie, un sistema contracultural que invadió la faz de la tierra y que aún sigue vivo. Los hippies siguen poblando comunas, próximas a pueblos que viven en perfecta comunión con la naturaleza. Aunque, hay que reconocerlo, en estos momentos son muy pocos los seguidores del movimiento. Su particular filosofía, como ocurrió antaño, está enfrentada a las formas de vida actuales.
Este no es un hippie
El individuo de la fotografía de arriba, sentado ante una obsoleta máquina de escribir, ¿es un hippie? De tal lo tachan en Oddball Daily, el sitio del que he robado (con perdón) la imagen. Si leemos el artículo que la acompaña, publicado hace cerca de cuatro años, veremos que se adorna al tal individuo con los mismos atributos que a los seguidores del movimiento nacido en los sesenta del pasado siglo, porque renuncia a lo que hoy es el ser y el estar tecnológico en el terreno de la comunicación, Internet.
Este es un hippie
Disiento con el autor del artículo. Considero que el escribiente no tiene nada que ver con un hippie, ni en apariencia ni en actitud. Un hippie auténtico es el que vemos en la fotografía superior. El de la máquina de escribir puede ser un enemigo de las nuevas tecnologías o un pobre hombre que no tiene dinero para comprarse un ordenador, pero no por ello se le puede calificar como un heredero de la subcultura previa de los beatniks.
A tener en cuenta
Debemos añadir que conozco a más de uno que utiliza, además de ordenadores de última generación y de dispositivos móviles, una máquina de escribir con un fin predeterminado: recordar el pasado y practicar la mecanografía en un aparato tradicional. Por ello, no estoy de acuerdo en calificar al amante de la máquina de escribir como un ser estúpido, tal como hacen en el susodicho artículo.