A todas las personas, a unas más y a otras menos, les gusta hablar sobre sus preocupaciones y sentimientos, sobre los malos momentos que están viviendo, sobre las preocupaciones que los acucian, pero al parecer, según los resultados de una investigación realizada en la Universidad Estatal de Michigan, es mejor escribir que hablar. Sentarse con el bolígrafo en mano delante de un papel y comenzar a escribir sobre las preocupaciones del día a día es altamente beneficioso.
La investigación muestra que la escritura expresiva afecta positivamente al sistema neurológico. Hans Schroder, un ex estudiante de doctorado de la Universidad Estatal de Michigan que ahora está investigando en el Laboratorio de Neurociencia Translacional y Afectiva en el Hospital McLean, en Belmont, Massachusetts, es el autor principal de la investigación.
Las bondades de la escritura
Los que tienen estrés, ansiedad y notables preocupaciones, al escribir sobre ello, pueden liberar su cerebro y conseguir que efectúe otras tareas de manera efectiva.
Se sabe desde hace tiempo que las preocupaciones constantes agotan el cerebro. Es como si la ansiedad estuviese siempre acechando. Si se pone en escena un proyecto de trabajo estresante, el cerebro comienza a trabajar en exceso, lo que nunca es bueno.
Escribir un diario
El escribir un diario, algo muy típico en tiempos pasados pero hoy casi en el olvido, se considera como algo muy positivo a la hora de proteger la salud mental. Si se hace, se conseguirán manejar la ansiedad, reducir el estrés y hacer frente a la depresión.
El escribir un diario ayuda a priorizar problemas, miedos y preocupaciones, a hacer un seguimiento cada día de todo lo que actúa negativamente y a aprender a controlarlo, y a establecer un diálogo interno positivo.
Continuando con la investigación
En el estudio realizado por el equipo dirigido por Hans Schroder, se descubrió que los participantes que empezaron a escribir sobre sus sentimientos pudieron descargar sus preocupaciones y conseguir que su cerebro funcionase de manera eficiente, como si se hubiese renovado.
Los participantes en el estudio que no escribieron sobre sus sentimientos, se mantuvieron estresados, hicieron que su cerebro trabajase con mayor intensidad, incrementando el esfuerzo, y provocando un mayor desgaste.
A tener en cuenta
La conclusión a la que se ha llegado es que descargar las preocupaciones puede ayudar a afrontar nuevos estados estresantes, ya que el cerebro ha liberado espacio para alojarlos. ¿Qué hay que hacer para conseguirlo? Está claro: cuando te sientas abrumado y pienses en dar un paseo para despejarte, aunque no está mal el hacerlo, lo mejor es que te pongas a escribir sobre todo lo que te preocupa.
Fuentes: Medical Xpress y University of Rochester