El baile, indiscutiblemente espectacular, lo inició el señor, no digo de avanzada edad por aquello de la discreción, en una plaza en la que se ha instalado un mercadillo. El lugar se llama al parecer Martin Place, ubicado en Sidney (Australia). El madurito inició el baile mostrando sus grandes aptitudes para el ritmo, pero no estaba satisfecho, necesitaba una pareja. Ni corto ni perezoso buscó una acompañante entre los espectadores y… Ya veis los resultados, una policía que se encontraba, suponemos, en tareas de vigilancia.
El baile del madurito y de la policía
Nadie puede discutir que la pareja domina el baile. A pesar de que nunca se habían visto (suponemos que es así) demostraron sus habilidades. No necesitaron ensayos, tal como podemos ver. La música encendió su cuerpo y la gente que se encontraba en la plaza disfrutó, como lo estás haciendo tu ahora al ver el vídeo.
Algunos dirán que los policías, hombres y mujeres, tienen otras obligaciones, que no pueden perderse en acciones como la mostrada. De hecho, en un comentario en YouTube al vídeo, alguien ataca sin piedad la acción de la vigilante en el cumplimiento de la ley, achacándole que sus obligaciones no le permiten hacer lo que hizo. Puede también tener razón, pero todos (es mi opinión), hasta el hombre madurito y la policía marchosa, pueden disfrutar unos minutos olvidándose del trabajo y hacernos disfrutar también a nosotros.