Los tenemos en todas partes, nos referimos a los seres vivos. Están ahí desde el origen de los tiempos. En su largo desarrollo han experimentado notables evoluciones en la mayoría de ellos. El análisis de su comportamiento es fundamental para conocerlos en detalle.
El ser humano es el más complejo de los seres vivos, el más complejo de los animales. Por eso es considerado el animal superior. Esa complejidad se encarna en todo su organismo, especialmente en su sistema nervioso, y se manifiesta a través de su comportamiento.
El comportamiento, la acción, es la característica esencial de los seres vivos. Mediante su comportamiento, el animal entra en relación con su medio ambiente a fin de alimentarse, reproducirse, satisfacerse.
La incidencia de la biología
Desde un punto de vista biológico, esta relación con el entorno, posibilitada por el comportamiento, permite mantener el equilibrio interno del organismo, un equilibrio imprescindible para seguir viviendo. En última instancia, comportarse es adaptarse, aunque cabe también añadir que el comportamiento permite la adaptación, porque, sin duda, hay comportamientos no adaptativos.
En un momento dado de la historia del Universo, aparece la vida. Corriendo el tiempo, hace su aparición la vida animal propiamente dicha: en un principio constituyendo seres simplísimos, de una sola célula. Posteriormente, animando otros más complejos, de múltiples células, y éstas, cada vez más organizadas, más diferenciadas, asociándose entre sí de modo progresivo para desempeñar conjuntamente distintas funciones. Los animales, las especies, son cada vez superiores. En estos cambios, en estos progresos, interviene el ambiente. Las sucesivas adaptaciones dan lugar a las sucesivas modificaciones. Hasta llegar al hombre.
La importancia del cerebro
Situados en el reino Animal, el peso de la evolución biológica recae en el sistema nervioso central, en el cerebro. El cerebro coordina e integra todo cuanto ocurre en el interior del organismo y todo cuanto, desde el exterior, incide sobre él. Un cerebro complejo puede distinguir muchos más elementos (estímulos) en su medio ambiente que un cerebro simple. Por tal motivo también puede recibir muchas más influencias o estímulos.
Un cerebro complejo puede hacer que el organismo responda ante las distintas influencias ambientales de manera mucho más variada que un cerebro simple. Pero responder es comportarse.
Cerebro y comportamiento
Fruto de la evolución, el hombre cuenta con el cerebro más desarrollado. Así pues, es el animal que puede recibir más influencias y producir comportamientos más complejos. El propio desarrollo de su cerebro ya es una consecuencia de esa multiplicidad de influencias y de comportamientos. Cada etapa de su evolución, de la adaptación humana, ha requerido determinadas características cerebrales. Pero la evolución de las características cerebrales se ha producido gracias a las sucesivas exigencias de adaptación.
La primera etapa evolutiva del comportamiento, y del cerebro, del Homo sapiens se concreta en la adquisición de la posición erecta. La bipedestación, el sostenimiento sobre las extremidades inferiores, comporta la liberación de las manos. A partir de ese instante, el hombre, o mejor, su antepasado, cuenta ya con unas herramientas que resultarán trascendentales para la modificación de su entorno. La manipulación le permite cambiar las características del medio donde vive, con lo que indirecta y progresivamente va consiguiendo recibir nuevas influencias desde dicho medio. Hasta que aparece el habla, y con ella el lenguaje. Con él y por él el hombre empieza a serlo realmente.
El lenguaje
El comportamiento verbal supone comunicarse, transmitir informaciones codificadas y, en última instancia, crear un ambiente de símbolos, las palabras y sus significados, que ejercen una especial y humanísima influencia sobre el hombre en evolución. El ambiente verbal influye y modifica el comportamiento total de cada individuo. Y, de la mano del lenguaje, se desarrolla el pensamiento. Entre los estímulos que el hombre recibe y los comportamientos observables que ante ellos adopta tiene lugar una actividad cognitiva que determina grandemente ese comportamiento. El hombre es el único animal capaz de conceptualizar la realidad.
Conclusión
La historia del comportamiento humano es la historia de hechos tan primitivos como comer o aparearse. Es, también, la historia de fenómenos tan intrincados como estudiar ingeniería aeronáutica o dar la vida por una causa supuestamente justa. Entender lo intrincado exige entender previamente lo simple. De lo simple a lo complejo.
Fuente: Temas Clave de Aula Abierta Salvat – El comportamiento humano. Publicado en el año 1981
Autor: Josep Toro Trallero