Aunque no es lo habitual, se puede dar el caso de que determinadas personas se depriman por lo que leen en Facebook y en otras redes sociales. Ven como otros usuarios cuentan historias en las que hablan de las vacaciones que están disfrutando, de las fiestas a las que asisten, de lo bien que comen, entre otras publicaciones. Los que visitan esto pueden verse afectados negativamente debido a que poseen una baja autoestima. Ello trae consigo el que se vean afectados por estados de depresión.
Estas personas leen y no publican. No son capaces de contar lo que están haciendo ni de lo que son capaces de hacer, y su moral se cae por los suelos. La adquisición de la depresión por parte de estas personas figura como resultado de un estudio efectuado por un equipo de psicólogos en Ruhr-Universität Bochum (RUB) dirigido por el Dr. Phillip Ozimek, tal como publican en Behaviour & Information Technology.
Primeros resultados de la investigación
En el trabajo de investigación se propuso a los primeros participantes, solo cinco personas, la contestación a una serie de preguntas en las que se solicitaba información sobre lo que les provocaba la lectura de las publicaciones de amigos y conocidos en las redes sociales.
Phillip Ozimek ha dicho lo siguiente al respecto: «Se demostró que enfrentarse a la información social en Internet, que es selectiva y solo positiva y favorable, ya sea en Facebook y en los sitios web de los empleados, conduce a una menor autoestima«. Ello significa que la baja autoestima va ligada a los síntomas depresivos, lo que puede traer consigo un peligro potencial a largo plazo.
Estudio con 800 personas
En una segunda fase, los investigadores entrevistaron a 800 personas sobre su uso de Facebook. Descubrieron, como ya hemos indicado, que la utilización pasiva, sin interactuar, de esta red y de otras, trae consigo el surgimiento de síntomas depresivos, debido a las comparaciones que hacen de sus habilidades sociales.
Ozimek hizo el siguiente resumen sobre lo indicado en el párrafo anterior: «Entonces, cuando tengo una gran necesidad de comparar y seguir viendo en mi suministro de noticias que otras personas están disfrutando de grandes vacaciones, haciendo grandes negocios y comprando cosas geniales y caras, mientras que todo lo que veo fuera de la ventana de mi oficina es gris y está nublado, baja mi autoestima«.
En otras redes sociales
En una tercera fase aplicaron el cuestionario para analizar la influencia de otras redes sociales. Trabajaron sobre todo con Xing y, según Phillip Ozimek: «A pesar de que los perfiles de las personas en los que todavía están recubiertos de caramelo, se mantienen firmes para parecer lo más genuinos y positivos posible, los resultados son similares a los obtenidos en el uso de Facebook«.
Conclusión
Es evidente que el problema no es de las redes sociales, sino que ciertas condiciones previas a su utilización son las que provocan los estados depresivos. El uso pasivo de las redes es totalmente negativo, de ahí la necesidad de interactuar, de mostrar a los demás que todos tenemos momentos en los que prima la positividad.