Antes, hace ya algunos años, más que ahora, el jefe de familia caminaba por el camino… Tras él su compañera del alma y sus hijos. Todos en fila, separados por cortos trechos, sin opción al despiste. Nadie puede quedar rezagado, porque sabe cuales son las consecuencias. El de atrás mira al que le precede para no perderse. En ocasiones hay que apurar el paso, no vaya a ser que…
La escena se repite en el vídeo que tenéis más abajo. Sólo hay un pequeño cambio, hemos sustituido al hombre, a la mujer y a los niños, por elefantes, por tres elefantes. No hemos percibido ningún cambio en los comportamientos. Los animales, en nuestro caso los elefantes, se parecen a nosotros en muchas aptitudes, por eso no entiendo como hay personas que se dedican a maltratarlos y hasta a matarlos por simple diversión. ¡Locuras humanas!