Formentera, además de ofrecer diferentes playas y calas, también tiene su encanto en las pequeñas poblaciones de interior, en su faros, en sus torres y molinos, en sus grutas y cuevas ocultas, en sus lagos y salinas y en sus bellos bosques de pinos y sabinas que se alternan con rocas y dunas.
Formentera tiene muchas opciones para los visitantes a la hora de descubrir sus diferentes rincones, las opciones son varias cómo alquilar un coche para poder llegar antes o descubrir diferentes rutas haciendo senderismo.
Es Caló de Sant Agustí, está pequeña población pesquera ofrece un puerto natural además de diferentes restaurantes donde parar a comer y catar los platos tradicionales. En este lugar se encuentra la ruta verde 25, camino histórico para subir a La Mola que es conocido como el Camí de Sa Pujada. En lo más alto del camino se encuentran unas de las mejores vistas de la isla.
El Faro de la Mola, que se encuentra situado en el extremo este de la isla. Este faro es considerado por muchos turistas como un lugar mágico, o incluso muchos dicen que es como un faro del fin del mundo. Cerca del faro se encuentra un monolito en honor a Julio Verne, el escritor hace mención de este lugar en su libro “Héctor Servadac (viajes y aventuras a través del mundo solar)”. La manera más directa para poder llegar a este faro es la ruta verde 29, durante el recorrido se puede ver el auténtico carácter rústico de la zona, además de disfrutar de un paisaje rural.
Otro faro muy conocido por todos por su escena en la película “Lucía y el sexo” es el Faro del Cap de Barbaria. Este faro se encuentra en el extremo sudoeste de la isla y es un lugar donde te invade una sensación de soledad y libertad. Este lugar está lleno de magia, en él se pueden ver las puestas de sol y de fondo, el mágico islote de Es Vedrá. Cerca del faro se encuentra una torre de vigilancia del siglo XVIII, llamada Torre des Garroveret. Está torre protegió a la isla de invasiones.