El SIDA se conoció como enfermedad hace 30 años. Desde aquel día ha matado a más de 25 millones de personas. Sólo en Estados Unidos más de un millón de personas están infectadas con el VIH. Su tratamiento supone un costo de 34 mil millones de dólares anuales. Científicos alemanes habían descubierto que la transmisión del VIH está íntimamente ligada a la presencia de un amiloide fibrilar en el semen, una estructura que se deriva de una proteína.
Ahora, investigadores del laboratorio Warner C. Greene, en Gladstone, han encontrado y descrito un segundo grupo de pequeñas fibras, llamadas semenogelins, que también contribuyen a la transmisión del virus que provoca el SIDA. Ambos descubrimientos ayudarán en la lucha contra la propagación de la enfermedad. Los microbicidas, geles químicos que utilizan las mujeres en sus relaciones sexuales, bloquean la infección del VIH, pero su utilización ha fracasado, ya que sólo reducen la infección en un 39%. Hay que buscar nuevos productos.
Los microbicidas utilizados hasta ahora tienen como fin primordial atacar los virus pero no frenar la interacción del virus con el semen. Sabiendo que la transmisión sexual es la que ocupa el primer lugar en la propagación del VIH, habrá que centrar el ataque en las nuevas fibras descubiertas, eliminándolas. Lo que no se sabe todavía es el papel que juegan en el proceso de fertilización, por ello hay que ser cautos en su neutralización, pero los estudios van en ese camino: los nuevos microbicidas tendrán como misión atacar estas fibras y así acabar con los virus del SIDA.
Visto en Medical Xpress