La degeneración cerebral, centrada en la enfermedad de Alzheimer, presenta una notable relación con la ingestión de azúcar y la obesidad. Es la conclusión a la que han llegado un grupo de investigadores, dirigidos por Mroj Alassaf, en el Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson en Estados Unidos.
La investigación muestra, utilizando los comportamientos en la mosca de la fruta común, que una dieta rica en azúcar, un elemento que marca la obesidad, provoca resistencia a la insulina en el cerebro. Ello trae consigo a su vez una reducción de la capacidad de eliminar desechos neuronales, aumentando así el riesgo de neurodegeneración.
Se sabe que el estar gordo es un factor de riesgo para trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson, pero continúa siendo un misterio exactamente cómo una conduce a la otra.
Sobre la degeneración cerebral
El estudio trató de responder a la pregunta planteada en el párrafo anterior. Aunque la investigación se efectuó con moscas de la fruta, su similitud con los seres humanos es muy grande. Tras demostrar que una dieta rica en azúcar provoca resistencia a la insulina en los órganos periféricos de las moscas, los investigadores ahora se centraron en sus cerebros.
Los niveles de la proteína PI3k indican hasta qué punto una célula es capaz de responder a la insulina. Los científicos encontraron que una dieta alta en azúcar conducía a niveles reducidos de PI3k en las células gliales, lo que indica resistencia a la insulina.
Así mismo observaron el equivalente de la microglía en las moscas, llamado glía envolvente, cuya función principal es eliminar los desechos neuronales, como los axones en degeneración. Observaron que esta glía tenía niveles bajos de la proteína Draper, lo que indica una función deteriorada.
Los autores del estudio añadieron al respecto: «Utilizando moscas de la fruta, los autores establecen que las dietas altas en azúcar desencadenan resistencia a la insulina en la glía, alterando su capacidad para eliminar los desechos neuronales. Este estudio proporciona información sobre cómo las dietas que inducen a la obesidad contribuyen potencialmente al mayor riesgo de trastornos neurodegenerativos«.
Conclusión
Si no se eliminan los desechos neuronales, el sistema que se ocupa de la gestión de los mismos sufre trastornos, la mayoría de ellos irreversibles. Por ello es muy conveniente tener cuidado a la hora de alimentarse, y evitar por todos los medios convertirse en una persona obesa.
Hay que ser comedidos y comer con sentido, evitando abusar de todo aquello que nos puede producir daños. Hay que empezar a vivir de forma más saludable. Si no lo hacemos, sabemos cuales pueden ser las consecuencias, en la mayoría de los casos irreversible, sobre todo si no se controlan a tiempo.
Fuente: Plos Biology