Nuestras capacidades cognitivas son fundamentales para una vida saludable. Debemos tratar por todos los medios que no se deterioren. Por ello es importante el tener en cuenta una serie de condiciones que son fundamentales para que nuestra mente funcione a pleno rendimiento.
Lo vemos con frecuencia. Hay unos cuantos artículos que hablan del tema. Nos referimos a la dependencia que muchas personas tienen de Internet. No dejan descansar su teléfono móvil, siempre están pendientes de él. Lo activan para comprobar si han recibido algún mensaje en WhastApp, para comprobar lo que se dice en Twitter, para ver lo que se comparte en Facebook… Abren el navegador web para averiguar todo lo que se está cociendo.
Según un informe dirigido por el doctor Joseph Firth hace más d etres años, investigador principal en el NICM Health Research Institute, creado tras los análisis efectuados por una gran cantidad de estudiosos del tema, pertenecientes a Western Sydney University, Harvard University, Kings College, Oxford University y Manchester University, se deduce que Internet puede alterar diferentes procesos cognitivos.
La alteración de las capacidades cognitivas
El Dr. Firth ha dicho al respecto: «Dado que ahora tenemos la mayor parte de la información objetiva del mundo literalmente a nuestro alcance, esto parece tener el potencial de comenzar a cambiar las formas en que almacenamos, e incluso valoramos, los hechos y el conocimiento en la sociedad y en el cerebro«. El mantener el cerebro activo es fundamental.
El uso excesivo de Internet puede impactar en muchas funciones del cerebro. Al estar pendientes de todo lo que se cuece en la red de redes, hace que nuestra atención esté dividida. En vez de fijarla en lo que se está haciendo en un determinado momento, la mente se diluye impidiendo asegurar la concentración, necesaria para realizar determinadas labores.
No solo se atiende al móvil cuando no hay nada que hacer sino que también estamos pendientes de él cuando debemos centrar nuestra atención en aspectos importantes. Por ello, los participantes en las citadas investigaciones, han dicho que es necesaria la práctica de ejercicios de concentración alimentados por la responsabilidad. Hay que tratar por todos los medios de buscar técnicas que sirvan para eliminar la intoxicación de Internet. Ello servirá para volver a algo muy importante, el restablecimiento de las relaciones personales. Hay que utilizar lo virtual solo en pequeñas dosis.
Métodos de desconexión
Dejarlo todo de golpe, olvidarse del móvil, no es recomendable. Hay que hacerlo, pero poco a poco, con el fin de evitar profundas alteraciones en los estados de ánimo.
Para conseguir esta desconexión habrá que apagar al móvil cuando nos vamos a la cama, no dejarlo encendido con el fin de estar pendientes de si nos llega algún mensaje.
Durante el día debemos dedicar un máximo de 45 minutos o de una hora para ver los correos recibidos y para enviar otros nuevos. También es recomendable que nunca tengamos el móvil a mano, en el bolsillo o a nuestro lado en la mesa. No dependamos de él.
Nunca debemos dejarnos subyugar por el móvil cuando vamos por la calle o estamos en la cafetería y en el bar. Solo debemos responder a las llamadas de voz.
Conclusión
Está claro que no debemos dejar que el teléfono móvil nos robe nuestra existencia. No podemos renunciar a disfrutar de sus prestaciones pero debemos utilizarlo con tino y control. No dejemos que nos secuestre el tiempo del que disponemos y nos convierta en máquinas sin control.