Toda empresa ha de tener a una persona que la dirija. Ésta puede actuar de manera autoritaria, imponiendo sus criterios sin admitir opiniones. Se trata del conocido como jefe, el que manda sin discusiones. Y existe no solo en las empresas sino en todo tipo de organismos. Su actitud trae consigo un gran número de enfrentamiento con sus subalternos, con los demás miembros de su equipo, con todos los que se encuentran en un escalón inferior.
Lo ideal no es ser un jefe intratable sino disponer de alma de líder. Como tal, todos lo respetarán, no discutirán sus ordenes porque saben que en la mayoría de las ocasiones tiene razón. Los líderes, en sentido estricto, son capaces de despertar el interés de todos los que forman el equipo que dirigen. No solo ordenan sino que también ayudan. Además, en su devenir diario, buscan nuevas formas y métodos de actuación.
Está claro que los empleados siempre prefieren un líder a un jefe. Ya hemos explicado por qué. Un líder siempre les prestará asesoramiento y apoyo, algo que nunca otorgará un jefe.
En la infografía que mostramos a continuación se especifican todos los aspectos a tener en cuenta a la hora de saber si eres un jefe o un líder.
Infografía ofrecida por Wrike – Software Administracion De Proyectos
Si hacemos un somero análisis de la infografía, nos encontraremos con lo siguiente:
- El jefe intimida, ya que siempre busca la forma de demostrar su autoridad. El líder inspira a su equipo con el fin de crecer y descubrir nuevos campos, de aprender.
- El jefe observa constantemente, analiza todos los errores y critica cuando algo no sale como él quiere. El líder enseña con el fin de que su equipo mejore, prestando ayuda y dando valor a los éxitos alcanzados.
- El jefe oye pero casi nunca tiene en cuenta lo que se le dice. El líder escucha atendiendo a las propuestas y peticiones, animando constantemente a los miembros del equipo.
- El jefe da órdenes sin que los que las reciben puedan replicar. El líder pregunta con el fin de que las opiniones de los demás sirvan para conseguir los objetivos propuestos.
- El jefe se desentiende tomando decisiones y obligando a que todos los miembros de su equipo las cumplan. El líder colabora interviniendo cuando es necesario y dejando que los demás hagan su trabajo.
- El jefe agobia obligando siempre a un trabajo sin descanso, sin importarle para nada las personas. El líder apoya tratando de crear un equilibrio entre la vida familiar y el trabajo.
- El jefe diseña objetivos inciertos o imposibles, ya que lo único que le importa es conseguirlos. El líder marca objetivos claros y realistas con el fin de que todos colaboren en la consecución de los mismos.
- El jefe dice «siempre tengo razón«. El líder se asienta sobre lo que dijo John Fitzgerald Kennedy: «liderazgo y aprendizaje son indispensables el uno para el otro«.