Hoy es el día ideal para traer a portada un problema de matemáticas, englobado en el campo de la lógica. Cualquiera de nuestros lectores tiene suficiente capacidad para resolverlo. No está pensado solamente para los que destacan en la rama de Ciencias, sólo necesitan pensar y organizar su pensamiento, con ello es suficiente.
Se le conoce como Isla de Ilusoria. Aunque el nombre parezca de ficción, no es así. Es un país que presenta ciertas peculiaridades, pero que en esencia es igual a la mayoría. Sus habitantes se clasifican en tres grandes grupos: los politiquillos, que mienten siempre; los maestros, que dicen siempre la verdad; y los normales (entre los que se encuentran los políticos y los profesores que aún no llegaron a maestros), que unas veces mienten y otras dicen la verdad.
Como pasa en la mayoría de los países, ocurren cosas. En cierta ocasión José Antonio, Ramón y Aurelio estaban siendo juzgados por un delito. Se sabe que solamente uno de ellos había sido el autor. Se sabe también que el que cometió el delito era maestro y que era el único (maestro) que había entre los sospechosos.
La sala estaba atiborrada. Todos estaban atentos a las respuestas de los sospechosos porque querían conocer al delincuente, bueno, al que había cometido el delito. Abogados defensores, fiscal, jueces y público en general, estaban a la expectativa.
A las preguntas del fiscal respondieron de la siguiente forma:
José Antonio: Soy inocente.
Ramón: Lo que dice José Antonio es cierto.
Aurelio: Ramón no pertenece al grupo de los normales.
¿Cuál de los tres es el culpable?
Pon tu mente a trabajar, estoy totalmente seguro de que podrás llegar a la solución. No te des por vencido a las primeras de cambio. No vale rendirse.
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Solución
Los que no sean capaces de resolver el problema o quieran comprobar si su solución es válida, pueden leer lo que viene a continuación:
José Antonio no puede ser maestro, porque si lo fuera sería culpable y no hubiera mentido diciendo que era inocente. Tampoco José Antonio puede ser politiquillo porque entonces estaría mintiendo y entonces sería culpable, lo que es imposible ya que el culpable es maestro. Entonces José Antonio es normal e inocente.
Teniendo en cuenta lo dicho, el enunciado de Ramón es verdadero, lo que nos lleva a la conclusión de que Ramón no es politiquillo, es maestro o normal. Supongamos que Ramón es normal, entonces el enunciado de Aurelio sería falso, por lo que tendría (Aurelio) que ser politiquillo o normal.
De aquí se deduce que ni José Antonio, ni Ramón, ni Aurelio son maestros, por lo que ninguno de ellos sería culpable, lo que contradice lo establecido. Por consiguiente, Ramón no puede ser normal, tiene que ser maestro y, por tanto, culpable.