Se repite en muchas aulas, aquí y allá, no importa el centro educativo ni el país, hay algunos alumnos que asisten forzados a clase y no les interesa nada de lo que está contando el profesor. Es desesperante para ellos y para el docente. Solo hay que mirarles a la cara para saber que no están aquí (o allí), que su mente se pierde en espacios infinitos, sin control, divagando, viajando hacia la ignorancia. Es su particular forma de aprender…
¿Te has fijado en los de la foto? No vamos a hablar de su desfachatez, de su incapacidad integral, de su total ausencia de respeto… No queremos ponernos serios, tenedlo en cuenta. Presuponemos que o no hay nadie explicando sobre la tarima o, si lo hay, el profesor o conferenciante ha perdido el control, la comunión con la audiencia. Hasta puede darse la circunstancia de que la escena no se desarrolle en un aula. También es posible de que los dos muchachos estén agotados y aprovechen los tiempos muertos para recuperar energías. Lo que nadie me puede negar es que la forma de dormir en comandita, en amigable armonía, es harto original. ¿Estarán cómodos? Cuando el sueño aprieta… no elucubres.