No siempre es así, pero los casos se repiten con relativa frecuencia. Acabamos de comprar, o nos han regalado, un teléfono móvil Android. Se trata de un dispositivo barato si lo comparamos con otro u otros de marcas reconocidas, pero, al utilizarlo, observamos que nos ofrece todo lo que deseamos. Aunque, con el paso del tiempo, solo dos días después de ponerlo en marcha, vemos que nos aparecen de vez en cuando en la pantalla anuncios publicitarios. Intentamos averiguar de donde vienen, pero no somos capaces de conseguirlo.
Está claro que hoy no se regala nada. Los productos baratos no ofrecen lo mismo que los que tienen un precio normal. En los móviles también ocurre esto. Si un fabricante ofrece un teléfono a un precio muy bajo, hay, en muchos casos, gato encerrado.
En los dispositivos móviles Android los fabricantes tienen que someterse a la estructura que impone Google, el desarrollador del sistema operativo. Y no solo ellos, los fabricantes, sino también los que elaboran aplicaciones. Por ello, ¿cómo se puede impedir que una aplicación infecte un dispositivo, que el malware se apropie del teléfono? En la mayoría de las ocasiones hay soluciones. La instalación de una herramienta de protección puede detectar la infección o infecciones y, en la mayoría de los casos, eliminarla o eliminarlas. Pero no siempre es así.
Los fabricantes de algunos de estos móviles de bajo precio, introducen en una carpeta no accesible para usuarios normales, no expertos, una porción de código que es la que se ocupa, por ejemplo, de mostrar los anuncios que ya hemos indicado. Con ello, los fabricantes obtienen un beneficio, gracias al dinero proporcionado por la empresa o empresas anunciadoras, con el fin de compensar el bajo precio de venta. Pero los usuarios están sometidos a asaltos no deseados.
Y lo anterior no es lo peor, hay actuaciones más peligrosas. En algunos casos ese código está construido para robar información, para hacerse con datos relevantes del propietario del teléfono. Por ello es conveniente que, antes de comprarse un móvil, de una marca no muy conocida, que se busque información en Internet. De esta forma, gracias a la información proporcionada por otras personas, se podrá saber si el móvil intenta recabar datos personales, entre otras acciones.
Lo que nunca es conveniente es comprar un smartphone muy barato que, aparentemente, ofrece las mismas prestaciones que otro similar, de reconocido valor, pero más caro. Es también recomendable, podríamos decir que obligatorio, instalar una aplicación de reconocida solvencia que nos permita averiguar si el dispositivo está infectado.
Fuente: Kaspersky Lab