La cúrcuma es una planta original de la India. Extractos de la misma se utilizan como colorante alimentario. Recientemente un equipo de investigación de la Universidad del Estado de Washington ha desarrollado un sistema de administración de medicamentos que utiliza curcumina, el ingrediente principal de la cúrcuma, que se ocupa de inhibir las acciones de células cancerosas de los huesos y promueve el crecimiento de células óseas sanas.
Los resultados obtenidos podrán arbitrar medios que conduzcan a mejores tratamientos postoperatorios para las personas con osteosarcoma, la segunda causa más frecuente de muerte por cáncer en los niños.
Los pacientes jóvenes con cáncer de huesos son sometidos de manera habitual a tratamientos en los que prima la quimioterapia antes y después de la cirugía. Estos tratamientos tienen, en la mayoría de los casos, efectos secundarios dañinos. Los investigadores citados están intentando desarrollar opciones de tratamiento más suaves, especialmente después de la cirugía, cuando los pacientes intentan recuperarse del daño en los huesos al mismo tiempo que toman medicamentos fuertes para suprimir el crecimiento del tumor.
Son muchas las personas que utilizan la cúrcuma en la cocina y como medicina durante siglos en los países asiáticos. Su ingrediente activo, la curcumina, ha demostrado tener capacidades antioxidantes, antiinflamatorias y contribuye positivamente en la formación de huesos. También se ha demostrado que previene varias formas de cáncer.
Susmita Bose, uno de los autores de la investigación, ha dicho lo siguiente: «Quiero que la gente sepa los efectos beneficiosos de estos compuestos naturales. Las biomoléculas naturales derivadas de estos productos de origen vegetal son baratas y una alternativa más segura a las drogas sintéticas«.
Cuando la cúrcuma se toma por vía oral como medicamento, el compuesto no se puede absorber bien en el cuerpo. Se metaboliza y se elimina demasiado rápido.
Los investigadores utilizaron andamios de soporte a partir de fosfato de calcio, que algún día podrán ser utilizados como material de injerto después de la cirugía del cáncer de huesos. Incorporaron curcumina, encapsulada en una vesícula de moléculas de grasa en los andamios, permitiendo la liberación gradual de la sustancia química.
Los autores de la investigación descubrieron que su sistema inhibía el crecimiento de las células de osteosarcoma en un 96 por ciento después de 11 días, en comparación con las muestras no tratadas. El sistema también promovió el crecimiento saludable de las células óseas.
«Este estudio introduce una nueva era de integración, donde la tecnología moderna de impresión 3D se combina con el uso seguro y efectivo de la medicina alternativa, que puede proporcionar una mejor herramienta para la ingeniería de tejidos óseos«, concluyó Susmita Bose.
Fuente: ACS Publications