Uno de los problemas que afecta a las personas mayores es la demencia senil, que trae consigo la pérdida de capacidades cognitivas. Todos los que padecen demencia senil pierden la capacidad de recordar, de pensar, de tomar decisiones o de buscar solución a determinados problemas, entre otras acciones.
Un caso típico de demencia senil es la enfermedad conocida como Alzheimer. A nivel mundial existen varios millones de personas afectadas. Aunque no se trata de un signo normal de envejecimiento, habitualmente afecta a personas con más de 65 años. Al vivir cada vez más años, el número de personas que sufren o sufrirán esta enfermedad se incrementará notablemente.
Los resultados de un estudio
¿Será posible detener esta enfermedad degenerativa en seco? En la Universidad de Australia del Sur se ha realizado un estudio que podría traer consigo que la respuesta a la pregunta formulada sea positiva. Según los resultados existe una relación directa entre la demencia y la falta de vitamina D.
Se investigó la asociación entre la vitamina D, las características de neuroimagen y el riesgo de demencia y accidente cerebrovascular, y se encontraron los resultados siguientes:
- Los niveles bajos de vitamina D se asociaron con volúmenes cerebrales más bajos y un mayor riesgo de demencia y accidente cerebrovascular.
- Los análisis genéticos respaldaron un efecto causal de la deficiencia de vitamina D y la demencia.
- En algunas poblaciones, hasta el 17 por ciento de los casos de demencia podrían prevenirse aumentando todos los niveles de vitamina D (50 nmol/L) a niveles normales.
A tener en cuenta
La profesora Elina Hypponen, directora del estudio y del Centro Australiano para la Salud de Precisión de UniSA, ha dicho lo siguiente: “La vitamina D es un precursor de la hormona que se reconoce cada vez más por sus efectos generalizados, incluso en la salud del cerebro, pero hasta ahora ha sido muy difícil examinar qué sucedería si pudiéramos prevenir la deficiencia de vitamina D”.
Ha añadido también: «Nuestro estudio es el primero en examinar el efecto de niveles muy bajos de vitamina D sobre los riesgos de demencia y accidente cerebrovascular, utilizando análisis genéticos sólidos en una gran población«.
«Si somos capaces de cambiar esta realidad asegurándonos de que ninguno de nosotros tenga una deficiencia grave de vitamina D, también tendría más beneficios y podríamos cambiar la salud y el bienestar de miles de personas«.
Conclusión
Es evidente que la vitamina D es necesaria. Si nuestro cuerpo no es capaz de transformar la provitamina D en vitamina debido a la acciones solares, vamos a necesitar cambiar nuestra alimentación o tomar suplementos que contengan la citada vitamina. Como se deduce, los hallazgos son importantes para la prevención de la demencia, apreciándose la necesidad de eliminar la deficiencia de vitamina D.